Más de 2 millones de personas en Gaza hacen filas interminables por un pan

Más de 2 millones de personas en Gaza enfrentan una crisis humanitaria extrema desde hace semanas, sobreviviendo con apenas un pan al día debido al bloqueo y los bombardeos israelíes que han destruido infraestructuras esenciales en la región.

La hambruna: Un reflejo de la devastación en Gaza

La población palestina ha sido llevada al límite, con largas filas de familias desesperadas por conseguir un alimento básico como el pan. Los constantes bombardeos han destruido molinos y panaderías, dejando al territorio con una capacidad mínima para producir alimentos. La falta de harina y combustible, resultado directo del bloqueo, ha agravado aún más la situación.

Según informes locales, las panaderías que aún funcionan enfrentan una demanda incontrolable, mientras los precios de los pocos alimentos disponibles se disparan, haciendo que el acceso a ellos sea casi imposible para las familias más pobres.

Bombardeos y bloqueos: Los factores detrás de la crisis

El bloqueo impuesto desde 2007 ha limitado la entrada de bienes esenciales, incluyendo harina, combustible y medicinas. A esto se suman los recientes bombardeos, que Israel justifica como ataques a infraestructuras estratégicas de grupos armados. Sin embargo, los resultados son devastadores para los civiles: viviendas, hospitales y panaderías han sido destruidos, dejando a millones sin refugio, atención médica o alimentos.

Los bombardeos no solo han destruido infraestructura, sino que han profundizado el miedo y la desesperación en la población, que se encuentra atrapada sin posibilidades de escapar ni recibir la ayuda necesaria para sobrevivir.

Un contexto de abandono prolongado a 2 millones de personas

La Franja de Gaza, con más de 2 millones de habitantes, ha estado bajo bloqueo durante más de 16 años. Este aislamiento económico y político ha transformado al territorio en una zona de crisis permanente. Según las Naciones Unidas, el 80% de la población depende de la ayuda humanitaria para subsistir, y la situación ha empeorado con cada nueva escalada de violencia.

La falta de acceso a recursos básicos no es solo el resultado de los bombardeos recientes, sino de años de restricciones que han impedido cualquier forma de desarrollo sostenible. La Franja es ahora una de las regiones más afectadas por la pobreza y el hambre en el mundo.

¿Por qué esto es considerado un crimen de guerra?

El derecho internacional humanitario, consagrado en los Convenios de Ginebra, prohíbe los ataques deliberados contra infraestructuras esenciales para la supervivencia de la población civil. La destrucción de panaderías, molinos y otras instalaciones vitales no solo afecta a combatientes, sino principalmente a civiles, lo que califica estas acciones como crímenes de guerra.

Además, el bloqueo prolongado, que impide la entrada de bienes básicos, es visto como una forma de castigo colectivo, algo expresamente prohibido por el derecho internacional. La situación actual en Khan Younis, Gaza refuerza las acusaciones contra figuras como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant, quienes han sido denunciados ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

La CPI ha señalado previamente que las acciones que resultan en el sufrimiento intencionado de la población civil, como el bloqueo y la destrucción de infraestructuras civiles, podrían constituir violaciones graves al derecho internacional. La denuncia contra Netanyahu y Gallant cobra mayor relevancia en este contexto, donde las evidencias apuntan a la sistemática violación de estos principios fundamentales.

La respuesta internacional: Insuficiente y tardía

La comunidad internacional ha mostrado preocupación, pero sus acciones han sido limitadas. Mientras los organismos humanitarios intentan movilizar ayuda, las potencias mundiales han optado por el silencio o declaraciones vagas que no abordan la raíz del problema.

Organizaciones de derechos humanos han denunciado que el bloqueo y los ataques contra infraestructuras civiles constituyen violaciones del derecho internacional humanitario. Sin embargo, la falta de presión efectiva para levantar el bloqueo o garantizar el acceso de ayuda humanitaria perpetúa la crisis.

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