Mahmoud Ajjour, un niño de 9 años que perdió ambos brazos en un ataque aéreo israelí en Gaza en diciembre de 2023, ahora lucha por reconstruir su vida desde Doha, Qatar. Tras ser evacuado para recibir tratamiento médico, Mahmoud asiste a la Escuela Palestina en Doha, donde trabaja para adaptarse a su nueva realidad y mantener vivos sus sueños de ser piloto y jugar al fútbol con sus amigos.
Un ataque que marcó su vida
En medio del conflicto Israel-Hamas que ha devastado Gaza, Mahmoud fue víctima de un bombardeo israelí mientras huía con su familia. Según su propio testimonio, el impacto lo dejó tendido en el suelo sin saber inicialmente que había perdido sus brazos.
«Estaba tendido en el suelo, no sabía qué me había golpeado, no sabía que había perdido mis brazos», recuerda Mahmoud.
Este ataque, que forma parte de una ofensiva israelí más amplia, no solo le dejó heridas físicas irreparables, sino que también destruyó su hogar, forzándolos a él y a su familia a abandonar todo lo que conocían.
🇵🇸 Niño palestino que perdió ambos brazos por un ataque aéreo israelí sale en la Portada de @nytimes
— Historiente (@historiente) November 29, 2024
"Amputaciones, desfiguraciones, daños cerebrales. Mahmoud Ajjour se encuentra entre el número relativamente pequeño de habitantes de Gaza gravemente heridos que han sobrevivido… pic.twitter.com/qmBJSTEnzJ
Su historia, documentada por medios internacionales como The New York Times, destaca tanto la tragedia de la guerra como la fuerza de un niño decidido a cumplir sus sueños.
La nueva vida de Mahmoud Ajjour en Qatar
Según el Ministerio de Salud de Gaza, la ofensiva israelí en curso ha provocado más de 40,000 muertes y desplazado a casi dos millones de personas. Mahmoud es uno de los pocos heridos que logró ser evacuado a Qatar, un país que, en colaboración con Estados Unidos y Egipto, intenta mediar un alto el fuego.
En Doha, Mahmoud está comenzando a adaptarse a su nueva vida. A pesar de enfrentar desafíos como la necesidad de prótesis y aprender a escribir con los pies, su madre lo respalda en cada paso del camino. Sus palabras sencillas pero conmovedora, no solo muestran su vulnerabilidad, sino también la pérdida de su independencia en una guerra indiferente.
“Mamá, por favor, rasca mi cabeza, rasca mi nariz”, comenta Mahmoud durante la entrevista al New York Times.
La familia se encuentra en un apartamento modesto, lejos de la guerra, pero con el dolor de haber perdido su hogar en Gaza.
«Quiero ser piloto y jugar al fútbol con mis amigos», afirma Mahmoud, quien se niega a dejar que sus limitaciones físicas definan su futuro.
Mahmoud, aunque enfrentando serias limitaciones, no se deja vencer por las adversidades. Ha comenzado a asistir a la Escuela Palestina en Doha, donde la comunidad escolar se ha visto inspirada por su valentía y resiliencia. La psicóloga escolar, Hanin Al Salamat, lo describe como un ejemplo de fortaleza para todos a su alrededor.
Lecciones de resiliencia
El conflicto en Gaza, ha generado una crisis humanitaria sin precedentes. La ofensiva israelí, que asegura atacar objetivos militares, ha afectado principalmente a civiles, con miles de niñas y niños como Mahmoud sufriendo heridas físicas y emocionales. A pesar de los esfuerzos internacionales para mediar un alto el fuego, la región sigue sumida en el caos.
The New York Times destacó a Mahmoud en su artículo «Surviving Gaza», que aborda cómo los heridos más graves enfrentan vidas completamente transformadas por la guerra. Mahmoud, fotografiado en Doha, expresó su deseo de seguir adelante, aunque algunos supervivientes no están seguros de querer continuar después de tanto sufrimiento.
Mientras tanto, Mahmoud sigue soñando. Su frase «Quiero que Gaza vuelva a ser bella» encapsula el deseo colectivo de un pueblo que ha perdido tanto, pero que aún se aferra a la esperanza de un futuro mejor.
La vida de Mahmoud Ajjour es un recordatorio de que, incluso en las circunstancias más devastadoras, los sueños pueden prevalecer. Desde Qatar, este niño no solo reconstruye su vida, sino que también inspira a otros con su fuerza y determinación. Su historia nos insta a no ignorar las voces de los más vulnerables y a redoblar los esfuerzos por alcanzar la paz en Gaza.
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