Las autoridades iraquíes han desenterrado los restos de al menos 139 personas en una fosa común en el desierto de Alo Antar, ubicado en Tal Afar, a unos 70 km al oeste de Mosul. Este macabro hallazgo es una sombría evidencia de las atrocidades cometidas por el Estado Islámico durante su control de la región entre 2014 y 2017.
Según Dia Karim, director del departamento de fosas comunes de la Fundación de los Mártires, los restos recuperados incluyen cuerpos de mujeres y hombres, así como partes humanas dispersas. Los testimonios locales sugieren que estas víctimas fueron asesinadas durante el régimen del Estado Islámico o su predecesor, Al-Qaeda.
Víctimas del Estado Islámico en Irak
Las evidencias preliminares indican que las víctimas eran predominantemente yazidíes, turcomanos chiítas y miembros de las fuerzas de seguridad de Mosul. Ahmed al-Assadi, funcionario de la Fundación de los Mártires, declaró que algunas víctimas fueron ejecutadas con disparos mientras que otras presentaban cortes en la garganta, una brutalidad que caracteriza las tácticas de ese grupo terrorista.
El agujero de Alo Antar, una característica natural del desierto con profundidades que oscilan entre 42 y 12 metros, sirvió como un sitio de ejecución y disposición de cuerpos. Esto demuestra la inhumana indiferencia con la que el Estado Islámico trataba a sus prisioneros.
Las víctimas no fueron enterradas, sino arrojadas en este abismo, comentó un funcionario a AFP
Entre 2014 y 2017, ISIS controló vastas regiones de Irak y Siria, imponiendo un régimen de terror que afectó a millones. Aunque una coalición liderada por Estados Unidos y el ejército iraquí logró derrotar al grupo, la tarea de identificar y desenterrar las numerosas fosas comunes sigue siendo monumental.
La ONU estima que existen alrededor de 200 fosas comunes en la región, con hasta 12,000 cuerpos. Este hallazgo en Alo Antar es un recordatorio del dolor persistente y los desafíos que enfrenta Irak mientras intenta sanar las heridas de su pasado reciente.
A pesar de la pérdida de su territorio, el Estado Islámico sigue reivindicando ataques esporádicos en el norte del país iraquí y Siria. La estabilidad de la región sigue siendo frágil, y el proceso de desenterrar y honrar a las víctimas es una tarea crucial para la reconciliación y la justicia.
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