Denuncian el uso de armas sónicas contra manifestantes en Belgrado

Indignación en Belgrado: Posible uso de armas sónicas contra civiles
Indignación en Belgrado: Posible uso de armas sónicas contra civiles

El pasado 15 de marzo, en Belgrado, Serbia, miles de manifestantes se reunieron en el centro de la ciudad para exigir justicia por el derrumbe de la estación de tren de Novi Sad y denunciar la corrupción en el gobierno de Aleksandar Vučić. Durante la multitudinaria protesta, testigos afirmaron que la policía utilizó armas sónicas especificamente un cañón sónico LRAD, un arma acústica de uso militar, lo que provocó pánico y dejó a varias personas con dolor auditivo, desorientación y riesgo de daños irreversibles. Mientras el gobierno niega los hechos, la indignación crece y la comunidad internacional observa con atención.

La protesta más grande en décadas sacude Belgrado

Serbia atraviesa un momento de fuerte inestabilidad política y social. La reciente movilización en Belgrado se convirtió en una de las más multitudinarias de la historia del país, con cifras que oscilan entre 275.000 y 325.000 manifestantes, según organismos independientes. La indignación ciudadana se encendió tras el colapso de la estación de tren de Novi Sad, un incidente que dejó 15 muertos y que muchos atribuyen a la corrupción dentro del gobierno.

No obstante, la protesta se ha transformado en un movimiento de mayor alcance. Los ciudadanos exigen un cambio profundo en el sistema, denunciando el deterioro de las instituciones democráticas y la consolidación del poder por parte del presidente Aleksandar Vučić y el Partido Progresista Serbio (SNS).

¿Armas sónicas de guerra contra civiles? El presunto uso de un ‘cañón sónico’

El momento de mayor tensión en la protesta ocurrió durante un silencio de 15 minutos en honor a las víctimas del derrumbe en Novi Sad. De repente, un ruido ensordecedor atravesó la multitud, provocando pánico, desorientación y una estampida momentánea. Testigos describieron el sonido como similar al de un avión cayendo o un proyectil explotando.

Según el analista militar Aleksandar Radić, citado por la emisora N1, el sonido pudo haber sido generado por un cañón sónico LRAD, un arma acústica diseñada para el control de multitudes. Este dispositivo emite ondas sonoras de hasta 160 decibeles, un nivel que puede provocar dolor agudo, náuseas, desorientación e incluso daño auditivo irreversible.

Uno de los manifestantes, Dušan Simin, relató el impacto del sonido:

«No sabíamos qué hacer. La gente corrió en todas direcciones. Mi esposa cayó y se golpeó la cabeza contra una farola. Fue aterrador.»

A pesar de las crecientes denuncias, el Ministerio del Interior de Serbia negó el uso de este tipo de tecnología, atribuyendo el ruido a petardos y explosivos lanzados por infiltrados dentro de la protesta. No obstante, la falta de pruebas concretas ha aumentado la desconfianza pública.

Represión y tácticas de control: ¿Qué busca el gobierno de Vučić?

El uso de tácticas represivas ha sido una constante en la administración de Aleksandar Vučić, quien ha sido señalado por organismos internacionales de socavar la democracia y restringir la libertad de prensa. La movilización de fuerzas especiales y el supuesto uso de armas de disuasión acústica refuerzan las críticas de quienes denuncian que Serbia se está alejando de los valores democráticos europeos.

A pesar de los esfuerzos del gobierno por deslegitimar las protestas, la magnitud de la movilización ha dejado claro que el descontento es generalizado. Estudiantes, trabajadores, médicos, abogados y hasta agricultores se han unido en un frente común contra la corrupción.

¿Qué pasará ahora? El futuro incierto de Serbia

La gran incógnita es hasta dónde llegará este movimiento de protesta. Aunque la movilización ha sido masiva, analistas advierten que falta una estrategia política clara para transformar la indignación en cambios concretos.

Las protestas en Belgrado contra la corrupción en Serbia han tomado un giro preocupante: testigos denuncian que la policía utilizó armas sónicas de uso militar para dispersar a la multitud.

El politólogo Dušan Spasojević explicó a medios internacionales que, aunque la protesta ha sido histórica, el gobierno aún mantiene el control:

«Vučić permite que estas manifestaciones ocurran hasta cierto punto. Pero sin una estructura organizativa fuerte, es difícil que el movimiento logre cambios profundos.»

Por su parte, el presidente ha minimizado la situación, asegurando que la estabilidad del país no está en riesgo y que el verdadero cambio debe darse en las urnas, no en las calles.

Sin embargo, si se confirma que el gobierno utilizó armas acústicas de uso militar contra civiles, la situación podría tomar un giro aún más delicado. Esto no solo aumentaría la furia de los manifestantes, sino que también podría atraer la atención de organismos internacionales y defensores de los derechos humanos.

Por ahora, las protestas no muestran señales de detenerse. Lo que comenzó como una exigencia de justicia por un derrumbe mortal se ha convertido en un movimiento nacional contra el autoritarismo y la corrupción.

¿Podrá el gobierno contener la indignación o enfrentará una presión cada vez mayor desde dentro y fuera del país?

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