Ataque suicida en el noroeste de Pakistán deja 16 soldados muertos y al menos 29 heridos

Un convoy militar fue embestido por un vehículo cargado de explosivos en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Pakistán
Un convoy militar fue embestido por un vehículo cargado de explosivos en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Pakistán

Este sábado 28 de junio de 2025, un atacante suicida embistió un vehículo cargado de explosivos contra un convoy militar en el distrito de Waziristán del Norte, en la provincia paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa, provocando la muerte de 16 soldados y heridas a al menos 29 personas, entre ellas 19 civiles. El atentado fue reivindicado por una facción de los talibanes paquistaníes, en medio de una escalada de violencia que ha sacudido la región fronteriza con Afganistán desde 2021.

Un convoy militar atacado en una zona históricamente inestable

El ataque ocurrió cuando un convoy del ejército atravesaba una zona montañosa del distrito de Waziristán del Norte, una región históricamente vulnerable a la insurgencia armada. Según declaraciones de un funcionario local, el atacante suicida embistió un camión cargado de explosivos contra los vehículos militares, provocando una explosión de gran magnitud que destruyó parte del convoy y causó el colapso de viviendas cercanas.

La fuerza del impacto fue tal que los techos de al menos dos casas se derrumbaron, dejando a seis niños heridos entre los escombros. El número total de heridos ascendió a 29, incluidos 10 militares y 19 civiles, mientras que el número de muertos fue actualizado a 16 soldados.

Talibanes paquistaníes reivindican el atentado

La autoría del atentado fue asumida por el grupo armado Hafiz Gul Bahadur, una facción de los talibanes paquistaníes conocida por operar en la zona y por su historial de ataques contra fuerzas estatales. Este grupo es parte del Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), un movimiento que ha intensificado su actividad armada en los últimos años.

Desde el colapso de las negociaciones de paz entre el gobierno paquistaní y los talibanes en 2022, el TTP y sus facciones aliadas han incrementado sus ataques, especialmente contra convoyes militares, puestos de control y patrullas en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán.

Afganistán y Pakistán: Tensión persistente y acusaciones cruzadas

Islamabad ha acusado reiteradamente a los talibanes afganos, que gobiernan en Kabul desde agosto de 2021, de permitir que militantes paquistaníes operen desde su territorio y planifiquen ataques al otro lado de la frontera. Sin embargo, las autoridades afganas han negado esas acusaciones, asegurando que su política no permite actividades armadas contra países vecinos.

Esta situación ha deteriorado las relaciones bilaterales, afectando no solo la cooperación en seguridad, sino también los intercambios comerciales y los mecanismos de control fronterizo. La falta de una estrategia regional efectiva ha dejado a las comunidades locales atrapadas entre dos gobiernos y múltiples actores armados.

Aumento alarmante de la violencia en 2025

De acuerdo con un recuento reciente de la AFP, más de 290 personas han sido asesinadas en ataques perpetrados por insurgentes en lo que va de 2025, la mayoría de ellos funcionarios de seguridad paquistaníes. Esta cifra refleja un aumento sostenido en la violencia desde el año pasado y evidencia una estrategia sistemática para debilitar las fuerzas del Estado en zonas periféricas.

La falta de desarrollo, el abandono estatal y la militarización constante han convertido a estas regiones en escenarios de conflicto permanente. Las poblaciones locales, en su mayoría rurales y con acceso limitado a servicios básicos, enfrentan una doble victimización: por parte del extremismo armado y por la represión militar indiscriminada.

Desafíos persistentes

Las autoridades paquistaníes han prometido intensificar las operaciones antiterroristas en la región, pero expertos en derechos humanos advierten sobre el riesgo de represalias indiscriminadas contra civiles, como ha ocurrido en otras ocasiones. Además, el enfoque exclusivamente militar no ha logrado desarticular las redes insurgentes que operan con relativa impunidad en áreas tribales.

Diversas organizaciones internacionales han instado al gobierno paquistaní a abordar las causas estructurales de la violencia, incluyendo la pobreza extrema, la marginación étnica y la falta de representación política en estas provincias fronterizas.


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