Israel asesina a trabajador humanitario que colaboró con Médicos Sin Fronteras en Gaza

Abdullah Hammad, higienista de Médicos Sin Fronteras, fue asesinado por soldados israelíes en Khan Younis
Abdullah Hammad, higienista de Médicos Sin Fronteras, fue asesinado por soldados israelíes en Khan Younis

Abdullah Hammad, exintegrante del personal de Médicos Sin Fronteras, fue abatido por fuerzas israelíes mientras esperaba alimentos en Khan Younis. Ya son 12 los trabajadores de la organización muertos desde octubre de 2023.

Médicos sin fronteras (MSF) confirma otra víctima entre su personal

Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció públicamente el asesinato de Abdullah Hammad, exmiembro de su equipo médico en la Franja de Gaza. El joven fue abatido el 3 de julio por disparos de las fuerzas israelíes mientras aguardaba, junto a decenas de personas, la llegada de camiones de ayuda humanitaria en Khan Younis, al sur del enclave palestino.

Según el comunicado de MSF, Hammad trabajó como higienista en la clínica de Al Mawasi durante un año y medio y había concluido su labor apenas tres días antes del ataque. En el mismo incidente, ocurrido cerca de una planta desalinizadora, al menos 16 personas perdieron la vida. Todos estaban allí por una razón desesperadamente básica: obtener harina para alimentar a sus familias.

La organización médica internacional calificó el ataque como deliberado y condenó enérgicamente la falta de advertencia previa por parte del ejército israelí. “No se trató de un enfrentamiento ni de un error”, expresó MSF, “sino de una agresión directa contra civiles desarmados”. La muerte de Hammad eleva a 12 el número de colaboradores de la organización asesinados en Gaza desde octubre de 2023.

Crisis alimentaria en Gaza

La situación humanitaria en Gaza se ha deteriorado hasta alcanzar niveles extremos. La población enfrenta una crisis de hambre sistemática, exacerbada por las restricciones impuestas por el gobierno israelí al ingreso de insumos básicos. Organizaciones internacionales advierten que esta situación equivale a una estrategia de inanición como arma de guerra, una práctica prohibida por el derecho internacional.

MSF compartió el testimonio de un sobreviviente del ataque en Khan Younis, este revela una escena escalofriante. AbdAllah*, quien se encontraba en el lugar, relató cómo soldados israelíes comenzaron a disparar indiscriminadamente a las personas que intentaban recolectar bolsas de harina de los camiones de ayuda:

“Los tanques avanzaron y vimos francotiradores en los techos. Quien recogía una bolsa, recibía un disparo. Las bolsas quedaron cubiertas de sangre. Luego un dron nos ordenó no recoger a los heridos ni llevarnos la comida”.

Este tipo de ataques han transformado los puntos de distribución de ayuda en zonas de alto riesgo. Incluso la acción humanitaria más básica, como acceder a alimentos, se ha vuelto una actividad potencialmente mortal. En lugar de proteger a los civiles, la estrategia israelí ha militarizado la entrega de alimentos, restringiendo su acceso y convirtiéndolo en un instrumento de control.

Una familia entera dedicada a la salud pública

La historia de Abdullah Hammad representa no solo una pérdida individual, sino también un golpe devastador para una familia comprometida con la labor humanitaria. Sus hermanos, Karam y Bahaa, y su hermana Zainab, siguen trabajando con MSF en medio de los constantes bombardeos, arriesgando sus vidas para asistir a los más vulnerables.

MSF expresó su solidaridad con la familia Hammad y con su equipo en Gaza, que opera en condiciones extremadamente peligrosas y con recursos limitados. “Estamos devastados por esta tragedia. El asesinato de Abdullah no solo es un crimen de guerra, es una afrenta a los principios de neutralidad y protección humanitaria que deben respetarse incluso en tiempos de conflicto”, señaló la organización en su pronunciamiento.

Esta pérdida, sumada a las otras once muertes de personal sanitario de MSF desde octubre, refleja una tendencia alarmante: los trabajadores humanitarios en Gaza ya no son víctimas colaterales, sino objetivos constantes de una política militar que viola normas básicas de protección.

Silencio internacional ante crímenes reiterados : ¿hasta cuándo?

Pese a la gravedad de los hechos, la comunidad internacional mantiene una postura ambigua, limitada a declaraciones diplomáticas vacías y sin consecuencias reales. La falta de acciones concretas frente a las violaciones del derecho internacional alimenta un clima de impunidad en el que se permite atacar a civiles y a quienes los auxilian.

En Gaza, la ayuda humanitaria no solo es insuficiente: se convierte en blanco. Las agencias de socorro han denunciado desde hace meses las restricciones al ingreso de alimentos, medicinas y combustible, así como los ataques directos a convoyes y centros médicos. La muerte de Abdullah Hammad no puede normalizarse. Es un crimen que exige justicia.

El mundo no puede seguir observando en silencio cómo se asesina a quienes intentan salvar vidas. Gaza no es simplemente un escenario de conflicto: es el epicentro de una catástrofe humanitaria provocada por decisiones políticas y militares concretas. La muerte de cada trabajador humanitario es un recordatorio urgente de la necesidad de actuar.

Para más información sobre el genocidio en Gaza y sus consecuencias humanitarias, da click aquí.


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