Durante un ataque de colonos en Cisjordania, un padre palestino murió asfixiado por gases lanzados por soldados israelíes mientras intentaba ayudar
Khamis Ayad, padre de familia palestino de 45 años, murió asfixiado por gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas de ocupación israelíes dentro de su propia casa en Silwad, Cisjordania ocupada.
Los hechos ocurrieron al amanecer de este jueves 31 de julio, cuando decenas de colonos extremistas, escoltados por soldados israelíes, irrumpieron violentamente en las localidades de Silwad, Abu Falah y Rimmon, donde incendiaron viviendas, vehículos y sembraron terror entre la población civil. Durante los enfrentamientos posteriores, Ayad intentaba apagar los incendios provocados por los atacantes cuando inhaló una dosis letal de gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas israelíes.
El ataque se enmarca en una escalada sistemática de violencia por parte de colonos en Cisjordania, intensificada desde los ataques en Gaza en octubre de 2023. Organismos de derechos humanos denuncian que estas agresiones buscan desplazar forzosamente a las comunidades palestinas para facilitar la expansión ilegal de asentamientos.
Violencia sistemática: colonos armados y ejército ocupante
La muerte de Khamis Ayad no fue un incidente aislado. Según la agencia palestina WAFA, los colonos israelíes incendiaron al menos 16 vehículos en Silwad y dejaron consignas racistas en hebreo en muros de viviendas palestinas. La presencia del ejército de ocupación, lejos de contener la violencia, la facilitó: soldados israelíes dispararon munición real y gases lacrimógenos contra residentes que intentaban defender sus hogares.
Khamis Ayad murió asfixiado por gases lacrimógenos lanzados por el ejército israelí durante un ataque coordinado con colonos a varias aldeas palestinas
Además de Silwad, otras aldeas como Deir Dibwan, Wadi Ubayyan, y Kafr Malik fueron blanco de ataques similares. En estas zonas, los colonos también saquearon paneles solares, destruyeron cosechas y dañaron estructuras esenciales para la subsistencia de las familias palestinas. Todos estos actos fueron cometidos con total impunidad, sin que las fuerzas israelíes intervinieran para proteger a los civiles.
“Un coche los dejó en la entrada del pueblo. Quemaron todo lo que pudieron y huyeron. Nosotros sólo tenemos nuestras manos vacías para defendernos”, relató Raafat Hussein Hamed, un vecino de Silwad cuya casa fue atacada.
Redadas, arrestos y represión extendida en Cisjordania
De forma paralela, el ejército israelí intensificó sus redadas en Cisjordania. En las últimas 24 horas, decenas de palestinos han sido arrestados en Nablus, Jenin, Tulkarem, y Belén.
La vivienda y el vehículo de Khamis Ayad fueron incendiados por colonos israelíes
La represión también alcanzó el campamento de Askar al-Jadid, donde las fuerzas israelíes irrumpieron en tiendas y viviendas, revisando cámaras de seguridad e intimidando a las familias. En Jenin, continúan las restricciones a los desplazados del campamento destruido en enero, impidiéndoles regresar a sus hogares en la zona de Ghabz.
Desde el inicio de los ataques en Gaza, más de 900 palestinos han sido asesinados en Cisjordania ocupada, la mayoría durante redadas militares o ataques perpetrados por colonos israelíes. Casi 18,000 personas han sido detenidas arbitrariamente y se estima que alrededor de 7,000 han resultado heridas. A esta violencia se suma una política sistemática de desplazamiento y confiscación de tierras, que contraviene flagrantemente el derecho internacional humanitario. Todos los asentamientos en Cisjordania, territorio ocupado desde 1967, son considerados ilegales según el derecho internacional.
صاحب منزل ومركبات أُحرقت، ورئيس بلدية سلواد يتحدثان عن استشهاد الشاب خميس عياد وأضرار هجوم مليشيات المستوطنين فجر اليوم على البلدة. pic.twitter.com/mb4EXEBNu4
Asentamientos ilegales y responsabilidad internacional
Silwad, como otras localidades de Cisjordania, se encuentra rodeada por asentamientos israelíes, muchos de ellos ilegales incluso bajo la ley israelí. Estas “colonias salvajes” funcionan como bases de operaciones para ataques organizados, y su existencia viola el IV Convenio de Ginebra, que prohíbe a una potencia ocupante trasladar a su población civil al territorio ocupado.
Pese a ello, Israel ha continuado expandiendo estos asentamientos con el apoyo implícito o explícito de actores internacionales. Mientras la comunidad internacional se limita a emitir comunicados de condena, en el terreno se impone una política de hechos consumados: casas quemadas, tierras robadas, vidas arrebatadas.
¿Quién era Khamis Ayad? El rostro detrás de las cifras
Khamis Abdel-Latif Ayad tenía 45 años y era padre de familia. Vivía en la aldea palestina de Silwad, donde nació, creció y trabajó. Era conocido entre sus vecinos por su carácter solidario y por participar activamente en la vida comunitaria del pueblo. Según testigos, en el momento de su muerte no estaba armado ni participando en los enfrentamientos: trataba de apagar los incendios que los colonos habían provocado en los vehículos y casas de sus vecinos.
Su muerte, causada por la inhalación de gases lacrimógenos disparados dentro de su propio hogar, ilustra la brutalidad cotidiana de la ocupación y el nivel de riesgo que enfrentan incluso quienes no empuñan piedras ni protestan. “Khamis no era un combatiente, era un hombre de paz, un padre que intentaba salvar lo poco que nos queda”, dijo un vecino de Silwad al canal de noticias local.
Ayad se suma a la larga lista de víctimas civiles que rara vez reciben justicia, cuyos nombres apenas aparecen en los titulares y cuyos asesinatos quedan en la impunidad. Recordar quién era, qué hacía y cómo vivía es también una forma de resistir el intento sistemático de deshumanización del pueblo palestino.