Este sábado 05 de octubre, en una declaración televisada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que Israel responderá a los recientes ataques del régimen de Irán. Los comentarios se producen tras el lanzamiento de misiles por parte de Teherán, elevando la tensión en el Medio Oriente y marcando un punto crítico en la seguridad de la región.
Crítica de Netanyahu a líderes occidentales
Además, Netanyahu destacó que el ejército israelí ha logrado destruir gran parte del arsenal del grupo terrorista Hezbolá en Líbano, lo que, según él, ha alterado significativamente el curso del conflicto. A medida que Israel se enfrenta a fuerzas que considera “barbarie”, el líder israelí hizo un llamado a todas las naciones civilizadas para que respalden su causa. Sin embargo, su crítica se centró en líderes occidentales como el presidente francés Emmanuel Macron, quienes han pedido un embargo de armas contra Israel en el contexto de la guerra contra Hamas y Hezbolá.
«¿Acaso Irán está imponiendo un embargo de armas a Hezbolá, a los hutíes o a Hamas?», se preguntó Netanyahu, apuntando a la hipocresía que, según él, subyace en estas solicitudes. «El eje del terror que representa Irán permanece unido, mientras que los países que se oponen a este eje piden restricciones a Israel. ¡Qué vergüenza!», afirmó, asegurando que su nación prevalecerá, incluso sin apoyo internacional.
En la misma línea, Macron manifestó su deseo de regresar a una «solución política» y criticó la falta de avance en Gaza, sugiriendo que la entrega de armas no estaba contribuyendo a la paz. La comunidad internacional se encuentra así ante un dilema: ¿cómo equilibrar el apoyo a Israel con las crecientes preocupaciones sobre los derechos humanos en Gaza? Este panorama complejo plantea interrogantes sobre el futuro del conflicto y la estabilidad de toda la región.