Más de 200 migrantes afganos asesinados en un ataque brutal en la frontera con Irán

Más de 200 migrantes afganos asesinados en un ataque brutal en la frontera con Irán
Más de 200 migrantes afganos asesinados en un ataque brutal en la frontera con Irán

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha solicitado una investigación inmediata y exhaustiva sobre el presunto ataque que tuvo lugar entre el 14 y el 15 de octubre en la frontera entre Afganistán e Irán, donde un grupo de más de 200 migrantes afganos fue atacado, resultando en un número considerable de muertos y heridos.

Contexto de la crisis migratoria en Afganistán

La situación en el país afgano ha llevado a un aumento significativo en la migración desde que los Talibanes retomaron el poder en agosto de 2021. La inestabilidad política, combinada con la crisis económica y la creciente represión hacia las mujeres, la educación y en general de los derechos humanos, ha forzado a muchos afganos a buscar refugio en países vecinos. Tanto el gobierno iraní como el pakistaní han visto un aumento en el número de refugiados afganos, pero ambos países han implementado políticas más estrictas hacia los migrantes.

El gobierno iraní, que alberga a millones de afganos, ha intensificado su control en la frontera en los últimos meses, lo que ha llevado a un aumento de tensiones entre las autoridades iraníes y los migrantes. Esta presión ha culminado en un clima hostil hacia los afganos que intentan cruzar a países vecinos en busca de seguridad y oportunidades.

200 migrantes afganos asesinados en la frontera: lo que se sabe hasta ahora

Según informes de medios afganos y de UNAMA, el presunto ataque ocurrió entre el 14 y el 15 de octubre en la provincia de Sistán, en el distrito de Sarbaz, cerca de la zona fronteriza de Kala Gan. Testigos afirmaron que los guardias fronterizos iraníes abrieron fuego contra un grupo de migrantes afganos, dejando múltiples víctimas. Esta situación ha generado gran indignación y preocupación tanto dentro como fuera del régimen talibán.

El embajador iraní en el régimen talibán, Hassan Kazemi Qomi, ha desestimado los informes, afirmando que las acusaciones sobre la «muerte de decenas de ciudadanos ilegales» son infundadas. A pesar de sus afirmaciones, organizaciones de derechos humanos han demandado respuestas y han instado a una investigación independiente para aclarar los hechos.

La UNAMA, en su declaración, expresó su «profunda preocupación por los inquietantes informes» sobre el ataque. La organización enfatizó que «los derechos de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo están protegidos por el derecho internacional», instando a todas las partes a garantizar la seguridad de quienes buscan refugio.

Reacciones de los talibanes

Hasta ahora, el régimen talibán no ha confirmado oficialmente el incidente, pero ha indicado que está llevando a cabo su propia investigación. Hamdullah Fitrat, portavoz adjunto del gobierno talibán, comunicó que se había enviado una delegación de alto rango para investigar lo ocurrido. Afirmó que la delegación ha trabajado incansablemente para obtener la verdad y que presentará un informe una vez que se hayan aclarado los hechos.

Sin embargo, el hecho de que la situación se haya desarrollado fuera de las fronteras afganas complica el proceso de verificación. Los talibanes enfrentan un dilema al abordar este tipo de incidentes, ya que su capacidad para ejercer control y responsabilidad sobre situaciones que ocurren en el extranjero es limitada.

La narrativa de Irán sobre la crisis migratoria

El gobierno iraní ha clasificado las acusaciones de un ataque contra migrantes como «básicamente falsas». El general Reza Shojaei, comandante de la guardia fronteriza provincial, ha minimizado la gravedad de los informes, sugiriendo que están basados en «la histeria de los medios». Esta respuesta, que refleja la postura del gobierno iraní, plantea interrogantes sobre la transparencia y la rendición de cuentas en un contexto donde las violaciones de derechos humanos pueden quedar sin castigo.

En medio de esta retórica, la presión sobre los migrantes afganos ha ido en aumento. El jefe de la policía del gobierno iraní ha declarado que se prevé la deportación de aproximadamente 2 millones de migrantes en los próximos meses. Esta declaración ha suscitado preocupación entre grupos de derechos humanos, quienes advierten que tales acciones podrían resultar en violaciones graves de los derechos de los migrantes.

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