Rusia pide 6 años de condena para Nadezhda Buyanova, pediatra acusada de criticar la guerra en Ucrania

Rusia solicitó el 10 de noviembre de 2024 una condena de seis años de prisión para Nadezhda Buyanova, una pediatra de Moscú, acusada de criticar la invasión de Ucrania durante una consulta médica privada. Buyanova enfrenta cargos de difundir «información falsa» sobre el ejército ruso, lo que ha generado preocupación internacional sobre la creciente represión política en el país.

Un juicio que pone en evidencia la represión política en Rusia

El caso de Buyanova se ha convertido en un claro ejemplo de cómo las autoridades rusas están utilizando la ley como una herramienta para silenciar a aquellos que se atreven a cuestionar la guerra en Ucrania. La pediatra fue detenida en febrero, tras ser denunciada por Anastasia Akinshina, exesposa de un soldado ruso muerto en combate. La denuncia alega que Buyanova, en una conversación privada, criticó la invasión de Ucrania y calificó al país ruso como «culpable» de los actos de violencia en el país vecino.

Aunque la defensa de Buyanova insiste en que no hay pruebas que respalden estas acusaciones, los fiscales rusos han seguido adelante con su solicitud de condena, utilizando una ley que combate la difusión de “información falsa”.

¿Un ataque a la libertad de expresión?

La represión en el país soviético ha alcanzado niveles alarmantes desde el inicio de la invasión a Ucrania en 2022. El gobierno de Putin ha intensificado su control sobre los medios de comunicación y las redes sociales, utilizando la ley contra la «información falsa» para perseguir a periodistas, activistas y ciudadanos que expresan opiniones contrarias a la narrativa oficial.

En el caso de Buyanova, la acusación de difundir «información falsa» sobre el ejército ruso no solo pone en peligro la carrera de la doctora, sino que también pone en entredicho el derecho a la libertad de expresión en Rusia. La doctora, quien ha dedicado su vida a la medicina y el bienestar infantil, ha sido detenida en varias ocasiones en un proceso que ha sido calificado como un “juicio-espectáculo”.

La represión política y la censura en Rusia no son fenómenos nuevos, pero han alcanzado niveles extremos en tiempos de guerra. La persecución a Buyanova es solo uno de los muchos ejemplos de cómo el gobierno ruso utiliza el sistema judicial para castigar a aquellos que se oponen a su régimen. La intimidación a través de sentencias severas busca amedrentar a quienes se atrevan a cuestionar las acciones del gobierno en Ucrania.

Este caso ha atraído la atención internacional, y varias organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el uso de la censura como una herramienta para silenciar a las voces disidentes en Rusia. Amnistía Internacional y otros grupos de defensa de los derechos humanos han calificado el juicio de Buyanova como un intento flagrante de reprimir la libertad de expresión.

El testimonio de Nadezhda Buyanova y la falta de pruebas

Durante el juicio, Buyanova insistió en su inocencia, afirmando que nunca había pronunciado los comentarios que se le imputan. Con una voz entrecortada y lágrimas en los ojos, la pediatra defendió su posición, destacando que “solo soy una doctora” y que su trabajo siempre ha estado enfocado en el bienestar de los niños. A pesar de la falta de pruebas físicas y grabaciones que respalden las acusaciones, los fiscales han seguido adelante con el caso.

Un detalle que ha llamado la atención en este proceso es que el testimonio clave contra Buyanova provino del hijo de Akinshina, quien supuestamente escuchó los comentarios durante la consulta. Los abogados de la pediatra han denunciado que el niño fue presionado por el gobierno para testificar en contra de la doctora, un caso que recuerda a las prácticas de los “juicios-espectáculo” de la era soviética.

El abogado defensor de Buyanova, Leonid Solovyev, señaló que no existe evidencia de que los comentarios hayan tenido lugar, y criticó el uso de un niño para incriminar a la doctora, calificando el proceso de injusto y politizado.

El veredicto en el juicio contra Buyanova puede sentar un precedente peligroso para la sociedad rusa, especialmente para aquellos que se oponen al régimen de Putin. La aplicación de leyes contra la «información falsa» se ha convertido en una forma de intimidar a los opositores y hacerlos desistir de cualquier crítica abierta al gobierno.

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