Este 11 de enero de 2025, miles de personas se manifestaron en Port Sudán y otras ciudades sudanesas, apoyando al ejército nacional en su avance hacia Wad Madani. Esta ciudad, bajo control de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) desde 2023, se ha convertido en un objetivo estratégico en el conflicto que sacude al país.
🇸🇩 | El ejército sudanés avanza en la retoma de Wad Madani, clave para el control del estado de al-Jazira. Mientras miles celebran, la población sigue sufriendo el impacto de un año de violencia bajo el dominio de las RSF. #Sudán #RSF #CrisisHumanitaria #EjércitoSudanés #Sudan pic.twitter.com/q0NC0obOTL
— Historiente (@historiente) January 13, 2025
Las atrocidades de las RSF: Violencia generalizada y violaciones de derechos humanos
Mientras el ejército celebra la retoma de esta importante ciudad, las Fuerzas de Apoyo Rápido se mantienen en el ojo del huracán debido a sus abusos sistemáticos contra la población civil. A lo largo de los últimos meses, grupos de activistas y testigos locales han denunciado una ola de violencia sin precedentes perpetrada por estos paramilitares. Asesinatos, violaciones, secuestros y saqueos se han convertido en una triste normalidad en las regiones bajo su control.
En un caso particularmente desgarrador, se reportó que 16 combatientes de las RSF violaron a una joven, un crimen que fue confirmado por su familia y un vecino. No obstante, la familia optó por no proporcionar más detalles debido al estigma social que acompaña a las víctimas de agresión sexual en la región. La falta de justicia y la cultura del silencio solo agravan la tragedia, mientras las RSF siguen siendo acusadas de violencia sexual masiva y otros crímenes de guerra.
Desplazamiento masivo y crisis humanitaria: Una nación al borde del colapso
La magnitud de la crisis humanitaria en Sudán es aún más abrumadora. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 11 millones de personas han sido desplazadas por la violencia, y más de 25 millones de sudaneses sufren hambre extrema. En Darfur, más de la mitad de su población, unos 10 millones de personas, se han visto forzados a abandonar sus hogares, lo que profundiza la crisis que afecta a todas las regiones del país. La inestabilidad no solo está desbordando las fronteras de Sudán, sino que también amenaza con provocar una crisis regional aún mayor.
El costo humano: ¿Cuántas víctimas más antes de que se detenga la violencia?
El número de muertes causadas por el conflicto sigue siendo incierto. No existen cifras oficiales confiables, pero estimaciones de organizaciones humanitarias apuntan a que la cifra de muertos podría superar las 200,000 personas. Waseem Ahmad, director ejecutivo de la organización benéfica Islamic Relief, indicó en octubre que el número de víctimas fatales ya podría haber alcanzado esa cifra, pero los informes siguen siendo vagos debido a la dificultad de acceso a las zonas más afectadas.
El conflicto, que comenzó en la capital Jartum y se extendió rápidamente a otras áreas como Darfur, ha revelado la descomposición del estado sudanés. Las instituciones están colapsando, y el país parece estar cayendo en un abismo de violencia sin fin.
La batalla por el poder y el futuro de Sudán: ¿Quién ganará?
El control de Wad Madani es solo una pieza del rompecabezas de poder en Sudán, pero su importancia estratégica no puede subestimarse. Con la captura de la ciudad, el ejército sudanés espera obtener una ventaja en su lucha contra las RSF, quienes a su vez, se resisten a ceder terreno. Sin embargo, la cuestión no es solo quién controla qué, sino cuántas vidas seguirán siendo sacrificadas en el altar de la guerra.
La comunidad internacional observa, pero hasta el momento, la respuesta ha sido insuficiente. Las sanciones, aunque presentes, no parecen haber disuadido a las facciones en guerra. Las intervenciones humanitarias son insuficientes para mitigar el sufrimiento de los millones de personas atrapadas en el conflicto.
Mientras el futuro de Sudán pende de un hilo, la lucha por Wad Madani y otras ciudades no es solo una cuestión de control territorial. Es una batalla por la supervivencia de una nación rota, cuyos ciudadanos siguen pagando el precio de la ambición militar y la violencia sin fin.
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