China ejecutó este viernes 28 de febrero en Guiyang, provincia de Guizhou, a Yu Huaying, una mujer de 61 años, condenada por el secuestro y venta de 17 menores entre 1993 y 2003. La sentencia de pena de muerte fue dictada en octubre de 2023 y ratificada posteriormente por el Tribunal Popular Supremo. Su caso, que conmocionó a la sociedad china, ha reabierto el debate sobre la lucha contra el tráfico infantil y el uso de la pena capital en el país.
Yu Huaying operó una red de tráfico infantil por más de una década
El historial delictivo de Yu Huaying comenzó en 1993, cuando vendió a su propio hijo por 5.000 yuanes (aproximadamente 660 euros). A partir de entonces, convirtió el secuestro de menores en un negocio ilegal, operando en las provincias de Guizhou, Yunnan y Chongqing. Sus víctimas eran en su mayoría niños de familias en situación vulnerable, a quienes engañaba con falsas promesas o, en algunos casos, secuestraba por la fuerza.
Los menores eran vendidos a orfanatos o familias adoptivas dentro y fuera del país, aprovechando que China era, en aquel entonces, el epicentro de las adopciones internacionales. Esta situación facilitó que redes de tráfico infantil operaran con impunidad durante años.
El testimonio clave que llevó a su captura
Tras una década de crímenes, Yu Huaying logró evadir la justicia hasta 2022, cuando una de sus víctimas, Yang Ninhua, logró localizar a su familia biológica gracias a una base de datos de ADN de niños desaparecidos.
Yang, secuestrada en 1995 con apenas cinco años, había sido vendida por menos de 500 euros a un hombre sordomudo en el norte del país. Durante años, desconocía su origen, hasta que compartió su historia en Douyin (versión china de TikTok) con la esperanza de encontrar a su verdadera familia. Su caso se volvió viral y atrajo la atención de las autoridades, quienes iniciaron una investigación que llevó a la captura de Yu Huaying y desmanteló parte de su red de tráfico de menores.
Juicio, condena y ejecución de Yu Huaying
En octubre de 2023, un tribunal en Guizhou la condenó a pena de muerte tras encontrarla culpable de secuestro y tráfico infantil. Como es habitual en China, el caso fue revisado por el Tribunal Popular Supremo, que confirmó la condena y fijó la fecha de ejecución.
El país chino es el país con mayor número de ejecuciones en el mundo, aunque las cifras exactas no son publicadas oficialmente, ya que se consideran secreto de Estado. La pena capital se aplica no solo a delitos como el asesinato, sino también a casos de corrupción y tráfico de drogas o personas.
Antes de la ejecución, Yu tuvo derecho a una última reunión con su familia, siguiendo el protocolo establecido para los condenados a muerte en China.
El tráfico infantil en China: Una problemática vigente
Aunque la ejecución de Yu ha sido vista como una victoria en la lucha contra el tráfico infantil, este sigue siendo un problema latente en el país. La antigua política del hijo único, implementada hasta 2015, generó un mercado negro de adopciones ilegales, donde familias desesperadas por tener hijos varones recurrían a redes criminales.
Según datos oficiales, entre 2010 y 2019, se registraron más de 112.000 casos de tráfico de menores y mujeres en el país chino. En respuesta, el gobierno ha implementado herramientas como el reconocimiento facial, bases de ADN y un sistema de registro de niños desaparecidos, lo que ha permitido la resolución de cientos de casos en los últimos años.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos advierten que aún queda mucho por hacer, ya que la demanda de niños sigue siendo alta, especialmente en comunidades rurales.
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