Desplazados libaneses regresan a sus hogares y celebran el alto al fuego entre Israel y Hezbolá

Desplazados regresan al sur del Líbano con esperanzas de que se mantenga el alto el fuego
Desplazados regresan al sur del Líbano con esperanzas de que se mantenga el alto el fuego

Miles de desplazados libaneses regresaron el miércoles al suburbio de Dahiyeh, en el sur de Beirut, tras la entrada en vigor de un alto al fuego mediado por Estados Unidos y Francia. Este acuerdo pone fin, temporalmente, a más de 14 meses de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá, un conflicto que dejó devastación en la región y que transformó a este bastión de la resistencia en un símbolo de lucha y esperanza para muchos libaneses.

El regreso de los desplazados libaneses

El cese fuego, anunciado como un esfuerzo internacional para detener la violencia en Líbano, marca un momento crucial en el conflicto que ha afectado a miles de familias. Aunque la tregua ofrece un alivio temporal, las huellas de los bombardeos y la ocupación militar son evidentes en cada rincón del suburbio de Dahiyeh, considerado uno de los puntos estratégicos de Hezbolá.

El regreso de los desplazados a sus hogares ha sido una mezcla de emociones encontradas. En Dahiyeh, un área densamente poblada que fue blanco de constantes bombardeos israelíes, el tráfico se congestionó mientras cientos de familias intentaban acceder a lo que quedaba de sus casas. Muchos lloraron al ver los escombros que una vez fueron hogares o negocios prósperos. Otros, en contraste, alzaron banderas amarillas de Hezbolá, proclamando lo que consideran una ‘victoria’ de la resistencia frente al régimen de Netanyahu.

“La resistencia ha vencido”, declaró Nizam Hamade, un ingeniero que regresó a su vivienda devastada. Para algunos, el sacrificio y la muerte del líder de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo en septiembre, se han convertido en símbolos de lucha y perseverancia.

La estrategia de la resistencia

Hezbolá ha consolidado su narrativa como un movimiento de resistencia frente a Israel, capitalizando el sentimiento de unidad en los suburbios afectados. Desde septiembre, el conflicto escaló significativamente con la intensificación de los bombardeos y la entrada de tropas terrestres israelíes al sur de Beirut. La muerte de Nasrallah, una figura clave para el grupo, marcó un punto de inflexión, fortaleciendo el apoyo entre sus seguidores.

El alto al fuego, según analistas, no solo es un esfuerzo por contener las hostilidades, sino también una maniobra estratégica que permite a Hezbollah reorganizarse mientras el régimen de Netanyahu recalibra su postura en la región. Sin embargo, la presencia continua de tropas israelíes cerca de la frontera sur mantiene la tensión latente.

El papel de las potencias internacionales en la tregua

La mediación de Estados Unidos y Francia fue fundamental para alcanzar un acuerdo que incluyó un plan de tres fases: la retirada progresiva de tropas, negociaciones sobre las fronteras y un eventual retorno a la estabilidad en las áreas afectadas. Sin embargo, este acuerdo enfrenta desafíos, particularmente debido a la desconfianza mutua entre las partes involucradas.

El régimen de Netanyahu ha advertido que sus fuerzas permanecerán activas en las zonas fronterizas, restringiendo el acceso a varias aldeas hasta garantizar que no se reanuden los ataques. Este enfoque ha generado críticas, especialmente entre las organizaciones internacionales que ven el conflicto como un síntoma de problemas más profundos en la región.

El desafío de reconstruir en medio de la incertidumbre

Mientras los residentes enfrentan la destrucción de sus hogares, también enfrentan un futuro incierto. La reconstrucción de Dahiyeh no solo requiere recursos materiales, sino también un esfuerzo colectivo para sanar las heridas psicológicas y sociales del conflicto.

“Regresamos entre ruinas, pero con esperanza”, afirmó Fátima, una residente que retornó junto a su familia a las 4:00 de la madrugada, justo cuando comenzó la tregua. Aunque la devastación es evidente, muchos ven en este regreso una oportunidad para reconstruir tanto sus vidas como la comunidad.

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