Gaza enfrenta una nueva ola de desplazamiento forzado, tras los intensos bombardeos israelíes que han destruido comunidades en el norte de Gaza, especialmente en Beit Hanoun. Miles de palestinos se han visto obligados a huir de sus hogares desde el inicio de los ataques a mediados de marzo de 2025, buscando refugio en zonas más seguras. La situación se ha vuelto insostenible, ya que la falta de alimentos, agua y atención médica pone en riesgo la vida de miles de personas desplazadas.
El fin de la tregua y el inicio del desplazamiento forzado
La tregua que había brindado un breve respiro llegó a su fin en medio de acusaciones mutuas entre Israel y Hamás. Mientras el gobierno israelí asegura que el grupo palestino se negó a liberar más rehenes y rechazar nuevas condiciones, Hamás sostiene que Tel Aviv incumplió su promesa de avanzar hacia un alto el fuego definitivo.
El ejército de ocupación israelí ordenó a los civiles palestinos evacuar varias zonas de la Franja de Gaza, mientras el ejército lanzaba una sorpresiva campaña de bombardeos aéreos sobre el enclave. El portavoz del ejército, Avichay Adraee, dijo que los palestinos deben abandonar las ciudades de Beit Hanoun en el norte de Gaza y Khuza’a y Abasan en el sur, calificando estas áreas de «zonas de combate peligrosas».
“Por su propia seguridad, deben evacuar inmediatamente a refugios conocidos en el oeste de la ciudad de Gaza y en Khan Yunis”, dijo en su cuenta X.

Con el colapso del acuerdo, la violencia ha escalado rápidamente. Las fuerzas israelíes han intensificado sus ataques, afectando no solo a objetivos militares, sino también a barrios residenciales y hospitales. Las explosiones han dejado imágenes desoladoras: edificios reducidos a escombros, calles cubiertas de polvo y familias buscando refugio donde puedan.
En este contexto, los organismos internacionales han advertido que la situación en Gaza podría derivar en una crisis humanitaria sin precedentes. El acceso a insumos básicos como agua, alimentos y medicinas se encuentra gravemente restringido, y las agencias de ayuda luchan por responder a la creciente demanda en medio de las restricciones impuestas por Israel.
El bloqueo de ayuda y la escasez de suministros
La población gazatí enfrenta una crisis aún más profunda debido a la falta de acceso a productos esenciales. Desde la reanudación de los ataques, Israel ha bloqueado el ingreso de ayuda humanitaria, argumentando que Hamás utiliza los suministros en su beneficio.
Sin embargo, organismos internacionales han denunciado que esta medida ha puesto en riesgo a más de dos millones de civiles que dependen de la asistencia externa para sobrevivir. La escasez de alimentos ha provocado un incremento alarmante en los precios, haciendo que muchas familias no puedan costear productos básicos como harina, arroz y aceite.
Además, el combustible se ha convertido en un recurso prácticamente inaccesible. Mientras el Programa Mundial de Alimentos ha tenido que cerrar una cuarta parte de sus panaderías en Gaza, los hospitales también sufren las consecuencias, ya que la falta de diésel ha afectado el funcionamiento de generadores y ambulancias.
La única planta desalinizadora de agua potable que operaba en la región ha visto reducida su actividad, dejando a miles de personas sin acceso a agua limpia. La crisis sanitaria se agrava con el aumento de heridos que llegan a los hospitales, los cuales ya operaban con recursos limitados antes del colapso de la tregua.
Un futuro incierto para Gaza
Mientras el conflicto se intensifica, la comunidad internacional enfrenta un dilema: ¿Seguirá permitiendo que la población de Gaza sufra las consecuencias de la guerra? Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias han solicitado la apertura de corredores de ayuda, pero la falta de acuerdos políticos hace que la situación continúe deteriorándose.
Las imágenes de familias huyendo bajo el estruendo de las explosiones reflejan el drama de una población que, una vez más, es víctima de la violencia. Sin un alto el fuego en el horizonte y con la creciente restricción de suministros, Gaza se enfrenta a un escenario donde la supervivencia se convierte en el principal desafío.
En medio del caos, miles de palestinos esperan una solución que, hasta ahora, parece estar fuera de su alcance.
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