Doctora palestina recibe los cuerpos calcinados de nueve de sus diez hijos tras bombardeo israelí en Gaza. El viernes por la mañana, 24 de mayo de 2025, en la ciudad de Khan Younis, al sur de la Franja de Gaza, la médica palestina Alaa al-Najjar salió de su hogar para cumplir con su turno en la sala de urgencias del Complejo Médico Nasser. Horas después, en ese mismo hospital, recibió los cuerpos de nueve de sus diez hijos, quienes fallecieron tras un bombardeo aéreo israelí que destruyó por completo su vivienda. Según la Defensa Civil de Gaza, el ataque ocurrió mientras ella salvaba vidas en medio del colapso sanitario que azota el enclave palestino.
El horror llegó mientras ella intentaba evitar otros
Alaa al-Najjar, de 38 años es una médica palestina y madre de diez hijos, dejó su hogar la mañana del viernes para cubrir su turno en el Complejo Médico Nasser, en Khan Younis, al sur de la Franja de Gaza. Como muchos profesionales de la salud en este territorio asediado, su jornada se desarrollaba en medio del caos: víctimas de bombardeos, pacientes en estado crítico, falta de insumos y un colapso hospitalario constante.

Sin embargo, nada pudo prepararla para el dolor que viviría horas después. Según el Ministerio de Salud y la Defensa Civil de Gaza, un ataque aéreo israelí impactó directamente en su vivienda. La doctora Alaa no ha podido hablar. Reza en silencio por la recuperación de Adam y su esposo. Lo que no dice con palabras lo expresan sus ojos, su postura vencida y ese frasco con leche que ya no será consumida.
“La doctora Alaa apenas puede hablar. Si pudieras ver su cara, entenderías su dolor. Sólo reza para que su hijo y su marido se recuperen”, dijo su sobrina
Ahmad al-Farra, médico del Complejo Médico Nasser, declaró a CNN que la Dra. Najjar continuó trabajando a pesar de haber perdido a sus hijos, mientras revisaba periódicamente el estado de su esposo y de Adam.
Diez niños, una madre, y el precio más alto que puede pagar una familia palestina
Los hijos de la doctora Alaa al-Najjar eran como cualquier otro grupo de hermanos en Gaza: aprendían a convivir con el sonido de los drones, jugaban en medio del miedo, y esperaban que mamá volviera del hospital al final del día. Pero el viernes, su rutina infantil fue interrumpida por un ataque aéreo israelí que convirtió su hogar en ruinas y su infancia en cenizas.
Siete de los niños fueron encontrados sin vida entre los restos del domicilio familiar. La mayoría presentaba quemaduras graves. Los otros dos más pequeños —una bebé de siete meses y un niño de dos años— quedaron atrapados bajo los escombros. Las imágenes difundidas por la Defensa Civil de Gaza mostraban cuerpos calcinados envueltos en sábanas blancas, una escena que resume la crudeza de lo que muchos ya llaman genocidio infantil.

Solo uno de sus hijos sobrevivió: Adam, de 11 años, quien permanece en cuidados intensivos junto a su padre, también gravemente herido.
Los niños asesinados por el bombardeo israelí son:
• Yahya, 12 años
• Rakan, 10
• Eva, 9
• Jabran, 8
• Haq, 7
• Rivan, 5
• Sidin, 3
• Lukman, 2
• Sidra, de solo meses, nacida durante el genocidio
“Aún le duele el pecho por la leche materna que extraía para Sidra”, dijo su sobrina. Solo queda un biberón… y una casa arrasada.
Por qué no es una guerra: El genocidio en Gaza
Lo que ocurre en Gaza no es un conflicto armado entre dos fuerzas simétricas, sino una ofensiva militar sostenida por una potencia ocupante contra una población sin defensa efectiva ni escape posible. Decir simplemente ‘guerra’ es minimizar un escenario que, según expertos en derecho internacional, cumple con elementos del crimen de genocidio.
De acuerdo con la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, se considera genocidio cualquier acto cometido con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Las miles de víctimas civiles, la sistemática destrucción de infraestructura civil —incluidas viviendas, hospitales, escuelas y refugios—, y los bloqueos que impiden el acceso a alimentos, agua y atención médica, configuran una política de exterminio.
Organismos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han señalado posibles crímenes de guerra por parte de Israel, pero muchas voces dentro y fuera del mundo árabe han ido más allá, utilizando sin ambigüedades el término genocidio para describir lo que vive la población palestina.
Justificación por parte de Israel
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron a CNN que los aviones habían “abatido a varios sospechosos que fueron identificados operando desde una estructura adyacente a las tropas de las FDI en la zona de Khan Younis”. Dijeron que estaban revisando la afirmación de que habían muerto civiles. Hasta el momento no han mostrado evidencias.
En conflictos armados prolongados como el de Palestina e Israel, la terminología neutral pierde efectividad. Hablar de “daños colaterales” o “estructuras sospechosas” ya no encaja cuando los muertos tienen nombres, edades y vínculos familiares.
Esta tragedia representa algo más que un episodio aislado. Es la manifestación visible de una política militar que ha normalizado el castigo colectivo. Y el silencio o la ambigüedad de organismos internacionales alimenta la repetición de estas escenas.
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