El Fasher cae: las milicias RSF desatan un genocidio, capturando y asesinando a civiles que intentan huir

Miles de sudaneses huyen de El-Fasher por el conflicto y el genocidio en Sudán
Miles de sudaneses huyen de El-Fasher por el conflicto y el genocidio en Sudán

Genocidio en Sudán. El 27 de octubre de 2025, la ciudad de El Fasher, en la región de Darfur del Norte, cayó bajo el control de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tras una ofensiva militar que obligó al ejército sudanés a retirarse completamente del área. La toma, ocurrida tras días de combates intensos, dejó a más de 250 mil civiles, la mitad niños, atrapados entre los bombardeos, las ejecuciones y el hambre, mientras la comunidad internacional permanece inmóvil ante una crisis que ya ha sido calificada por organizaciones humanitarias como genocidio étnico en curso.

El Fasher cae ante las RSF: genocidio en curso en Sudán

El conflicto y genocidio en Sudán, iniciado en abril de 2023, enfrenta al ejército nacional, dirigido por el general Abdel-Fattah al-Burhan, contra las RSF, un grupo armado nacido de las tristemente célebres milicias Janjaweed responsables del genocidio de Darfur en los 2000. Hoy, esas mismas fuerzas, con respaldo financiero y logístico de Emiratos Árabes Unidos, repiten la historia con métodos aún más brutales.

El Fasher, capital de Darfur del Norte, resistió durante más de un año los embates paramilitares hasta que fue finalmente sitiada y tomada por las RSF. La retirada del ejército, según fuentes oficiales, buscó “evitar más derramamiento de sangre civil”. Sin embargo, lo que siguió fue una ola de atrocidades: bombardeos indiscriminados, ejecuciones masivas y la destrucción sistemática de hospitales y refugios humanitarios.

En esta fotografía satelital proporcionada por Planet Labs PBC, se observa el área alrededor del cuartel general de la 6.ª División del ejército sudanés en El Fasher, Sudán, el domingo 26 de octubre de 2025. (Planet Labs PBC vía AP)
En esta fotografía satelital proporcionada por Planet Labs PBC, se observa el área alrededor del cuartel general de la 6.ª División del ejército sudanés en El Fasher, Sudán, el domingo 26 de octubre de 2025. (Planet Labs PBC vía AP)

La Red de Médicos de Sudán describió la ofensiva como “una masacre atroz”, afirmando que las RSF “arrasaron con los últimos centros de atención médica, dejando a miles sin acceso a medicamentos, agua o electricidad”. Por su parte, el Sindicato de Médicos Sudaneses calificó la ciudad como “un brutal campo de exterminio”, pidiendo a la ONU que clasifique a las RSF como organización terrorista.

“Nos obligaron a elogiar a Hemedti antes de matarlos. Los grabaron para mostrar su poder”, relató un sobreviviente de El Fasher a la Red de Derechos Humanos de Darfur.

El testimonio, uno entre cientos, revela una estrategia de terror calculada: grabar las ejecuciones, usar insultos racistas contra los civiles negros de Darfur, a quienes los combatientes llaman falangayat, esclavos, y difundir los videos como advertencia.

El eco del silencio internacional

A pesar de los más de 40.000 muertos y los 14 millones de desplazados, el conflicto y genocidio en Sudán apenas ocupa titulares globales. Las sanciones, los comunicados “de preocupación” y las misiones diplomáticas no han logrado detener el avance de las RSF. Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, advirtió que “el riesgo de atrocidades étnicas masivas aumenta cada día”, pero los gobiernos occidentales permanecen en la inacción.

Mientras tanto, las potencias del Golfo financian y arman discretamente a los responsables del genocidio. Informes de la ONU y del Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale confirman la participación indirecta de Emiratos Árabes Unidos, cuyo apoyo logístico ha permitido a las RSF expandir su control territorial.

El fracaso diplomático es también moral. Las grandes potencias que se autoproclaman defensoras de los derechos humanos miran hacia otro lado, como si Sudán fuera un eco lejano en el mapa, una tragedia demasiado africana para merecer indignación occidental.

El precio humano del abandono

La crisis en El Fasher no solo marca la derrota militar del ejército sudanés, sino el colapso de toda una región. Miles huyen hacia la ciudad de Tawila o se esconden entre los escombros. Niños desnutridos, mujeres heridas y ancianos sin atención médica son la imagen viva del costo de la indiferencia.

La ONU estima que más de 26.000 personas han huido en solo una semana. Las imágenes satelitales muestran barrios enteros reducidos a cenizas, mientras los combatientes celebran entre cadáveres. Los convoyes humanitarios no logran acceder a la zona y los pocos periodistas que quedan arriesgan la vida para documentar la barbarie.

En un comunicado, Tom Fletcher, jefe humanitario de la ONU, expresó su alarma:

“Cientos de miles de civiles están atrapados, aterrorizados, bombardeados, hambrientos y sin acceso a seguridad ni atención médica.”

Pero sus palabras se pierden en la burocracia internacional. Nadie interviene. Nadie detiene la maquinaria de exterminio.

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