📌 A pesar de la devastación provocada por más de un año de conflicto, los estudiantes palestinos intentan regresar a clases en condiciones críticas. La reconstrucción avanza lentamente y el acceso a recursos sigue siendo un desafío.
Un regreso a clases marcado por la destrucción y la incertidumbre
El año escolar en Gaza comenzó el sábado 22 de febrero, en medio de un escenario de destrucción y crisis humanitaria. En la Franja de Gaza, uno de los territorios más castigados por la guerra, miles de estudiantes palestinos regresaron a clases después de 16 meses de conflicto. Sin embargo, el panorama es devastador: con el 85% de las escuelas destruidas o gravemente dañadas por los bombardeos israelíes, los niños deben estudiar en aulas improvisadas, sin materiales adecuados y en condiciones extremadamente precarias.
El Ministerio de Educación de Gaza ha establecido centros de aprendizaje en los pocos edificios que siguen en pie y ha creado puntos educativos en diferentes zonas del enclave. No obstante, la escasez de recursos y la falta de docentes han convertido este regreso a clases en un desafío sin precedentes.
Escuelas convertidas en refugios y falta de recursos educativos
Desde el inicio de la ofensiva israelí, muchas escuelas dejaron de funcionar como centros educativos para convertirse en refugios para familias desplazadas. Esta situación ha complicado aún más la reanudación de las clases, ya que muchas de estas instalaciones aún albergan a cientos de personas que han perdido sus hogares.
Además, la guerra ha provocado la muerte de 12.800 estudiantes y 800 docentes, según cifras oficiales del gobierno de Gaza. La escasez de materiales educativos, como libros, cuadernos y suministros básicos, sumada a la falta de electricidad y conexión a internet, ha imposibilitado la implementación de clases en línea, dejando a miles de niños sin acceso a la educación.
El impacto psicológico en los estudiantes: aprender en medio del miedo
Más allá de la destrucción material, los efectos psicológicos del conflicto son una de las mayores preocupaciones para los expertos en educación y derechos humanos. Miles de niños han sido testigos de la destrucción de sus hogares, la pérdida de familiares y la constante amenaza de ataques, lo que ha generado altos niveles de trauma y estrés.

Regresar a la escuela en este contexto no es solo un intento por recuperar la educación, sino también un esfuerzo por devolver a los niños una sensación de normalidad. Sin embargo, la falta de seguridad y la incertidumbre sobre el futuro hacen que el proceso de aprendizaje sea aún más difícil.
La comunidad internacional y la falta de acciones concretas
A pesar de los llamados de las organizaciones de derechos humanos, la comunidad internacional no ha tomado medidas efectivas para garantizar el acceso a la educación en Gaza. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) investiga actualmente las denuncias de genocidio y crímenes de guerra contra Israel, mientras que el Ministerio de Educación de Gaza ha solicitado apoyo urgente para la reconstrucción de escuelas y la provisión de materiales educativos.
No obstante, las restricciones impuestas en el enclave han impedido la entrada de ayuda humanitaria suficiente, dejando al sistema educativo en colapso total.
¿Es posible recuperar el sistema educativo en Gaza?
La reanudación del año escolar en Gaza no significa una vuelta a la normalidad. Con una infraestructura devastada, una grave escasez de recursos y miles de estudiantes afectados por la guerra, el futuro de la educación en el enclave sigue siendo incierto.
Sin una intervención real y efectiva por parte de la comunidad internacional, la crisis educativa en Gaza podría convertirse en una catástrofe generacional, dejando a miles de niños sin acceso a la educación y sin oportunidades de desarrollo.
El derecho a la educación está en riesgo, y sin un compromiso global para garantizarlo, Gaza enfrentará no solo la reconstrucción de sus escuelas, sino también la de un futuro que hoy parece cada vez más incierto.
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