El 3 de febrero de 2025, en la ciudad de Rasht, al norte de Irán, la activista Hamideh Zeraei fue arrestada nuevamente. Su detención ocurrió dentro de una audiencia judicial, donde se negó a usar el hijab obligatorio. Como consecuencia, fue trasladada a la prisión de Lakan, en un nuevo episodio de represión contra las mujeres que desafían las leyes impuestas por la República Islámica.
Hamideh Zeraei: Un historial de persecución por desafiar el sistema
El nombre de Hamideh Zeraei comenzó a resonar en 2022, cuando fue arrestada por primera vez el 3 de noviembre durante las protestas nacionales que estallaron tras la muerte de Jina Mahsa Amini. Esta joven kurda fue asesinada por la llamada «policía de la moral» tras ser detenida por no usar el hijab de acuerdo con las normas del régimen.
En aquel entonces, Zeraei fue privada de su libertad durante 97 días, hasta que fue liberada bajo una supuesta directiva de indulto y conmutación. Sin embargo, su libertad no significó el fin de la persecución en su contra.
Detención y condena en 2023
Meses después, el 29 de mayo de 2023, agentes de la Guardia Revolucionaria allanaron su domicilio en Karaj y la arrestaron nuevamente. Esta vez, la acusaron de “propaganda contra la República Islámica” por su activismo en redes sociales y su apoyo a las protestas nacionales.

El Tribunal Revolucionario de Karaj la condenó a un año de prisión, aunque posteriormente la pena fue reducida a nueve meses. Al ser liberada en marzo de 2024, en lugar de recuperar su libertad plena, fue enviada a un exilio forzado de dos años en Rasht. Además, se le impuso la prohibición de viajar y de participar en actividades en línea.
El nuevo arresto en 2025: Negarse al hijab en un tribunal
A pesar de todas las restricciones y amenazas, Hamideh Zeraei continuó manifestando su postura en contra del hijab obligatorio. Su firmeza la llevó a enfrentar un nuevo arresto el 3 de febrero de 2025, cuando se negó a usar el velo en una audiencia judicial. Este acto de desafío provocó que las autoridades ordenaran su encarcelamiento en la prisión de Lakan, en Rasht.

Su detención evidencia la intransigencia del régimen iraní y la profundización de la represión contra las mujeres que buscan libertad de vestimenta y derechos fundamentales.
El hijab como símbolo de opresión y resistencia
Desde la llegada de la Revolución Islámica de 1979, el uso del hijab se convirtió en una obligación para todas las mujeres en Irán. Lo que inicialmente se presentó como una imposición religiosa, con el tiempo se ha transformado en un símbolo de control estatal sobre el cuerpo femenino.
En los últimos años, miles de mujeres han sido arrestadas, multadas o acosadas por negarse a cumplir con esta norma. La represión se ha intensificado tras el asesinato de Mahsa Amini, lo que desencadenó un movimiento de protesta sin precedentes dentro y fuera del país.

Casos como el de Hamideh Zeraei son un recordatorio del alto precio que pagan las mujeres en Irán por exigir su derecho a decidir sobre su vestimenta y su vida.
Reacciones internacionales y el papel de la comunidad global
La nueva detención de Zeraei ha generado indignación a nivel internacional. Organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han denunciado repetidamente el abuso sistemático contra las mujeres iraníes.
A pesar de las sanciones y las críticas de la comunidad global, el régimen de Irán sigue reprimiendo cualquier forma de disidencia. La falta de presión efectiva por parte de organismos internacionales ha permitido que el gobierno iraní mantenga su política de represión sin consecuencias significativas.
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