Hombres afganos han comenzado a desafiar abiertamente las restricciones impuestas por el régimen talibán desde 2022, cuando se prohibió a las mujeres acceder a la educación universitaria. Este movimiento de resistencia, aunque pequeño, ha ido creciendo en los últimos años en respuesta a la represión talibán, especialmente después de la nueva prohibición de 2024, que excluyó a las mujeres de estudiar medicina y otras carreras relacionadas con la salud. Desde Kabul hasta las provincias más remotas, profesores, estudiantes y profesionales han abandonado sus clases en señal de solidaridad con las mujeres, desafiando el sistema impuesto por los talibanes que intenta erradicar los derechos fundamentales de las mujeres.
Este fenómeno de solidaridad masculina está tomando relevancia en un país donde la represión ha sido la norma, y estos hombres afganos se están uniendo en un esfuerzo colectivo para reclamar educación y derechos iguales para todos.
La solidaridad por parte de los hombres afganos: Un movimiento pequeño pero en expansión
Aunque este movimiento de resistencia masculina es relativamente pequeño, ha ido cobrando fuerza desde 2022. Los hombres afganos que se han alzado en protesta contra las restricciones a la educación femenina están desafiando directamente las políticas del régimen talibán, y han hecho un llamado a la solidaridad y la unión frente a la opresión que afecta a sus compañeras. Estos hombres, en su mayoría profesores y estudiantes, han decidido boicotear sus clases y abandonar sus exámenes en un acto de desafío contra un sistema que ve a las mujeres como ciudadanos de segunda clase.
Este movimiento ha crecido de manera progresiva, impulsado por el endurecimiento de las políticas del régimen. Con la nueva prohibición de 2024, donde se prohíbe a las mujeres estudiar medicina y otras carreras relacionadas con la salud, la resistencia de los hombres también ha tomado una nueva dimensión.
El desafío a la exclusión femenina en la educación ahora se ve como una lucha no solo por los derechos de las mujeres, sino por el futuro de Afganistán en su conjunto. Estos hombres afganos, al poner en riesgo su futuro académico y profesional, están enviando un poderoso mensaje de que la opresión de las mujeres es una opresión de toda la sociedad, y que todos, sin importar su género, deben involucrarse en la lucha por la igualdad.
El motivo detrás de la prohibición de la Medicina para las mujeres
Para comprender por qué los talibanes tomaron la decisión de excluir a las mujeres de la medicina, es necesario analizar el contexto detrás de sus políticas. El líder talibán, mulá Hebatulá Ajundzada, ha defendido estas restricciones con el argumento de que están orientadas a «proteger los valores islámicos» y a mantener un supuesto «orden social». Sin embargo, expertos en derechos humanos y organizaciones internacionales afirman que lo que realmente está ocurriendo es un intento sistemático de erradicar la autonomía de las mujeres en todos los aspectos de la vida social y profesional.

Además, el impacto de la exclusión de las mujeres en el campo de la salud será devastador. Las mujeres afganas, en muchas zonas del país, solo pueden recibir atención médica de otras mujeres, y con la prohibición de la medicina, las opciones de atención sanitaria para ellas se verán severamente restringidas. El régimen talibán no solo está afectando a las mujeres que quieren estudiar, sino que está poniendo en peligro la vida de todas las mujeres en Afganistán al eliminar la posibilidad de tener profesionales de la salud cualificados en su propio país.
La postura internacional y el crecimiento de la resistencia masculina
A pesar de las sanciones internacionales y las condenas constantes, el régimen talibán sigue avanzando con sus políticas de represión sin temor a represalias significativas. La comunidad internacional ha expresado su preocupación, pero aún no ha tomado medidas decisivas para detener las acciones de los talibanes. No obstante, una nueva forma de resistencia está emergiendo desde el interior de Afganistán, y esta vez, no solo son las mujeres las que luchan por sus derechos, sino también los hombres que, al ver la injusticia, se han decidido a tomar una postura activa.

La protesta masculina, aunque todavía limitada en número, está comenzando a ganar terreno. Este movimiento ha crecido como respuesta a la intensificación de las políticas represivas en 2024, cuando las mujeres fueron completamente excluidas de las carreras universitarias, y en particular, de la medicina. La solidaridad masculina está jugando un papel crucial, pues estos hombres no solo están defendiendo a las mujeres, sino también buscando un cambio en la estructura de poder que los talibanes han impuesto en Afganistán. Si más hombres se unen a este movimiento, podrían generar un desafío significativo dentro del propio sistema talibán.
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