Irán inaugura una estatua del emperador romano Valeriano arrodillado ante el rey persa Shapur I en la plaza de la Revolución (Enghelab) de Teherán, en un acto que combina memoria histórica, política y nacionalismo. La escultura conmemora la victoria persa sobre el emperador romano en la batalla de Édesa en el año 260 d.C., un hecho que simboliza la resistencia histórica de Irán frente a los invasores.
La ceremonia reunió a cientos de personas y artistas, y se produce tras recientes tensiones con Israel, mientras el gobierno busca fortalecer la identidad nacional y resaltar la historia de resistencia y libertad de Irán frente a los imperios extranjeros.
Nacionalismo histórico: entre memoria y política
La estatua representa a Valeriano, emperador romano entre 253 y 260 d.C., arrodillado ante Shapur I o Sapor I, que expandió el Imperio sasánida y derrotó repetidamente a Roma. Mehdi Mazhabi, director de la Organización Municipal de Embellecimiento de Teherán, declaró: “La estatua de Valeriano refleja una verdad histórica: Irán ha sido una tierra de resistencia a lo largo de su historia. Buscamos forjar un vínculo entre el glorioso pasado de esta tierra y su presente lleno de esperanza”.

Expertos señalan que la recuperación de símbolos preislámicos, antes rechazados por la teocracia, es parte de una estrategia política que busca reforzar la identidad nacional tras el reciente conflicto de doce días con Israel. La campaña, denominada “Arrodíllense ante Irán”, combina la memoria histórica con referencias a enfrentamientos contemporáneos, incluyendo ataques con misiles y drones y la exaltación de figuras militares modernas.
La ceremonia combinó conciertos, exhibición de héroes históricos y figuras militares modernas, mostrando la continuidad de la resistencia iraní. Moein, estudiante de 21 años, señaló: “He estudiado sobre esto en los libros de historia, y reuniones como esta afectan positivamente la moral de la gente”.
Sin embargo, defensores de derechos humanos advierten que la exaltación de victorias militares y símbolos históricos puede desviar la atención de la represión interna, la militarización de la sociedad y las limitaciones a la libertad de expresión y prensa. Este contraste genera un debate sobre la instrumentalización de la historia.
Shapur I o Sapor I: héroe histórico y símbolo de Irán
Shapur I o Sapor I (240–270 d.C.) fue el segundo rey del Imperio sasánida, hijo de Ardashir I, y se consolidó como un líder estratégico que expandió el territorio persa y derrotó al Imperio romano en distintas ocasiones. La captura de Valeriano en la batalla de Edesa lo convirtió en un símbolo de libertad, resistencia y orgullo iraní, representado en relieves antiguos donde se muestra triunfante sobre el emperador romano.

Durante su reinado, Shapur I no solo destacó en la guerra, sino que también fortaleció la administración del imperio, promovió la cultura zoroástrica y construyó monumentos y ciudades que consolidaron la identidad persa. Su capacidad para combinar logros militares con desarrollo interno hizo que Persia se afianzara como una potencia regional, dejando un legado que trascendió generaciones y que todavía se recuerda en la historia iraní.
Para Irán, Shapur I es más que un rey: su figura representa la soberanía nacional, la resiliencia ante invasores extranjeros y la identidad cultural. La estatua instalada en la plaza Enghelab recuerda a los iraníes que la resistencia frente a fuerzas externas forma parte de su memoria colectiva, reforzando la narrativa oficial de unidad y fortaleza.
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