El líder del Estado Islámico (ISIS) en Irak y Siria, Abdalá Makki Musli al Rufay’i, alias Abu Jadija, fue abatido en una operación militar conjunta llevada a cabo en un lugar no especificado de Irak, según informó el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, el viernes 15 de marzo de 2025. La misión, ejecutada por el Servicio Nacional de Inteligencia Iraquí con apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, ha sido catalogada como una victoria estratégica contra el terrorismo en la región.
¿Quién era Abu Jadija y cuál era su rol en el Estado Islámico?
Antes de su muerte, Abu Jadija ocupaba el cargo de valí (gobernador) de ISIS en Irak y Siria y era responsable del Comité de Autorizaciones, la estructura encargada de aprobar y supervisar atentados en la región y en el extranjero. Su importancia dentro de la organización lo convirtió en un objetivo clave para las fuerzas antiterroristas.
Desde junio de 2023, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, lo tenía en su lista de Terroristas Globales Especialmente Designados, debido a su implicación en ataques contra civiles y militares en Medio Oriente. Su liderazgo mantenía activa la insurgencia del grupo extremista, a pesar de la derrota territorial de ISIS en 2019.
Detalles de la operación militar contra Abu Jadija
El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, confirmó la eliminación de Abu Jadija a través de un comunicado en la red social X. De acuerdo con la información oficial, la misión fue planeada y ejecutada por fuerzas de élite iraquíes con apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Si bien no se han revelado detalles exactos sobre la ubicación y la metodología utilizada, se presume que el operativo incluyó el uso de inteligencia de señales (SIGINT), reconocimiento aéreo y ataques de precisión, métodos empleados previamente para desarticular a líderes yihadistas.
¿El fin de ISIS o una reconfiguración del grupo terrorista?
A pesar de la eliminación de Abu Jadija, la organización ISIS sigue activa a través de células insurgentes en Irak, Siria y otros países donde ha logrado infiltrar su red extremista. Desde la caída de su «califato» en 2019, el grupo ha evolucionado a un modelo descentralizado, lo que le ha permitido seguir operando mediante ataques esporádicos y actividades clandestinas.
El exlíder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró un califato sobre casi una cuarta parte de Irak y Siria en 2014. Sin embargo, el grupo enfrentó grandes reveses en los años siguientes, que culminaron con la muerte de Baghdadi durante una redada de las fuerzas especiales estadounidenses en el noroeste de Siria en 2019.

Expertos advierten que la muerte de un líder no significa el colapso del grupo, ya que ISIS ha demostrado una gran capacidad de reorganización tras la pérdida de figuras clave. Su estructura permite que otros comandantes ocupen rápidamente los cargos vacantes, manteniendo la operatividad de la organización.
Irak y Siria refuerzan cooperación antiterrorista
El anuncio de la eliminación de Abu Jadija coincide con nuevas iniciativas de seguridad entre Irak y Siria. Este viernes, los ministros de Exteriores de ambos países se reunieron en Bagdad para discutir la creación de una sala de operaciones conjunta, con el objetivo de coordinar estrategias e intercambiar inteligencia para frenar la insurgencia yihadista.
El canciller sirio, Asaad al Shaibani, destacó la necesidad de fortalecer la seguridad en la frontera común y evitar que ISIS se reorganice. Por su parte, el ministro iraquí, Fuad Husein, enfatizó que el trabajo coordinado es fundamental para erradicar la amenaza.
¿Qué sigue en la lucha contra el terrorismo en Medio Oriente?
Si bien la muerte de Abu Jadija representa una victoria en la lucha contra el extremismo, la amenaza sigue vigente. ISIS continúa operando en la clandestinidad, financiando sus actividades mediante el contrabando, secuestros y tráfico de armas en territorios con poca presencia gubernamental.

Las estrategias futuras no solo deben enfocarse en operaciones militares, sino también en medidas que combatan las raíces del extremismo, como la pobreza, la falta de educación y la inestabilidad política. La comunidad internacional deberá reforzar la cooperación en inteligencia y seguridad para evitar que el vacío de poder tras la eliminación de un líder se traduzca en el surgimiento de una nueva figura extremista.
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