El 16 de febrero, en la ciudad de Rezvanshahr, al norte de Irán, Najibeh HassanKhani, una mujer iraní de 40 años, fue brutalmente asesinada por su esposo. El agresor la citó con engaños, la encerró en su coche, la roció con gasolina y le prendió fuego, acabando con su vida de manera atroz.
Este crimen ha generado gran indignación dentro y fuera del país, reavivando el debate sobre la falta de protección legal para las mujeres en Irán. La historia de Hassankhani no es un caso aislado, sino un reflejo alarmante de la impunidad con la que operan los agresores en una sociedad donde las leyes favorecen a los hombres en cuestiones de familia y matrimonio.
Najibeh HassanKhani: Víctima de un sistema que no protege a las mujeres
El feminicidio ocurrió cuando Najibeh, quien había solicitado el divorcio, fue citada por su esposo en la ciudad de Rezvanshahr. Según informes, el hombre la convenció de encontrarse bajo el pretexto de discutir asuntos relacionados con la separación. Sin embargo, lo que debía ser una conversación terminó en una emboscada mortal.
El agresor la atrapó dentro del vehículo, derramó gasolina sobre el coche y le prendió fuego con ella en su interior. Testigos alertaron a las autoridades y los equipos de emergencia llegaron rápidamente al lugar. A pesar de los esfuerzos por salvarla, la gravedad de sus quemaduras le causó la muerte poco después de ser trasladada al hospital.
Las autoridades detuvieron al esposo poco después del crimen. Según declaraciones del comandante de policía de Rezvanshahr, Hamed Shadbahr, el hombre confesó su culpabilidad y argumentó «disputas familiares» como motivo del ataque.
Feminicidios en Irán: Un problema estructural sin soluciones reales
El asesinato de Najibeh HassanKhani no es un hecho aislado. En Irán, las mujeres enfrentan enormes barreras legales y sociales cuando intentan salir de matrimonios abusivos o ejercer su derecho al divorcio. Según organizaciones de derechos humanos, la legislación iraní no solo dificulta el proceso de separación para las mujeres, sino que también protege a los agresores con leyes indulgentes en casos de feminicidio y crímenes de honor.

Las normas establecen que los hombres pueden impedir el divorcio de sus esposas y, en muchos casos, tienen el derecho de mantener la custodia de los hijos tras la separación. Además, los crímenes de honor, que suelen ser justificados como medidas para «restaurar la dignidad familiar», reciben penas mínimas o incluso son perdonados por el sistema judicial.
La impunidad ha permitido que este tipo de feminicidios continúe sin una respuesta firme por parte del gobierno. La falta de legislación efectiva para proteger a las mujeres hace que muchas vivan con miedo y sin recursos legales para escapar de la violencia.
Indignación y exigencia de justicia en redes sociales
El brutal asesinato de HassanKhani ha generado indignación en redes sociales, donde activistas y ciudadanos han denunciado la falta de acción del gobierno iraní para prevenir la violencia de género. Miles de personas han expresado su repudio al crimen y han exigido reformas legales urgentes.
A nivel internacional, organizaciones de derechos humanos han condenado el feminicidio y han pedido a las autoridades iraníes que implementen cambios estructurales en el sistema legal para garantizar la protección de las mujeres. Sin embargo, hasta ahora, el gobierno no ha mostrado intenciones de modificar las leyes que perpetúan la desigualdad y la violencia de género.

El asesinato de Najibeh HassanKhani es un reflejo de la crisis de violencia de género en Irán. Mientras las leyes sigan favoreciendo a los agresores y permitiendo que los feminicidios queden impunes, más mujeres seguirán perdiendo la vida por intentar ejercer sus derechos.
Este caso debe ser un punto de inflexión para que la comunidad internacional presione al gobierno iraní y exija reformas reales que protejan a las mujeres. La historia de HassanKhani no puede quedar en el olvido. Es momento de exigir justicia y trabajar por un cambio que garantice la seguridad y los derechos de todas las mujeres iraníes y en el mundo.
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