La capital de India, Nueva Delhi, se encuentra bajo una emergencia ambiental desde hace días, cuando los niveles de partículas PM2.5 en el aire alcanzaron cifras alarmantes, muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este fenómeno afecta directamente a millones de personas, poniendo en riesgo su salud y calidad de vida en una de las ciudades más pobladas del mundo.
Una nube tóxica que asfixia a millones
Nueva Delhi, la capital de India, vive uno de los peores episodios de contaminación del aire en su historia reciente. Según los reportes más recientes, los niveles de partículas finas PM2.5 superan hasta en 60 veces los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este fenómeno no solo pone en riesgo la salud de sus habitantes, sino que también refleja una crisis ambiental que requiere soluciones urgentes.
🇮🇳 | Nueva Delhi bajo una nube tóxica
— Historiente (@historiente) November 18, 2024
La contaminación del aire supera 60 veces el límite de la OMS, afectando a millones de personas. Escuelas cerradas, restricciones vehiculares y construcción suspendida marcan la lucha contra esta crisis ambiental. 🌫️ #India #Delhi… pic.twitter.com/JWIsHWLha2
El aire en Nueva Delhi es, literalmente, irrespirable. Millones de personas están expuestas a un smog tóxico que afecta gravemente su calidad de vida, especialmente en sectores vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias. Aunque las autoridades han adoptado algunas medidas para controlar la situación, estas resultan insuficientes frente a un problema que persiste año tras año.
Causas detrás de la contaminación extrema
Quema de rastrojos en estados vecinos
Uno de los factores principales que contribuyen al grave deterioro de la calidad del aire en Nueva Delhi es la quema de rastrojos en estados cercanos como Punjab y Haryana. Los agricultores recurren a esta práctica para despejar los campos antes de la próxima temporada de siembra, generando enormes cantidades de partículas finas y gases contaminantes que llegan a la capital.
Emisiones vehiculares descontroladas
Nueva Delhi cuenta con una de las mayores concentraciones de vehículos en el mundo, muchos de ellos con motores diésel altamente contaminantes. A pesar de los intentos por implementar restricciones a vehículos antiguos y promover opciones de transporte público, el crecimiento urbano y la falta de infraestructura sostenible agravan el problema.

Construcción y expansión urbana
El polvo generado por la constante construcción en la ciudad también es un factor crítico. La falta de controles efectivos en los sitios de obra libera partículas al ambiente, sumándose a la capa de smog que cubre la capital.
Condiciones climáticas adversas
El clima también juega un papel clave. Durante esta temporada, los vientos son débiles y las temperaturas más bajas favorecen la acumulación de contaminantes en el aire, atrapando a la ciudad bajo una densa capa de contaminación.
Impacto en la salud y la vida cotidiana
La contaminación del aire en Nueva Delhi tiene consecuencias devastadoras para la salud. Las partículas PM2.5, consideradas altamente peligrosas, pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso entrar en el torrente sanguíneo. Esto aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer.

Los hospitales de la ciudad han reportado un aumento significativo en pacientes con infecciones respiratorias, mientras que las farmacias han agotado sus existencias de máscaras protectoras. Además, las autoridades han ordenado el cierre de escuelas para proteger a los niños de una exposición prolongada al aire tóxico.
La vida cotidiana también se ve afectada. Las restricciones vehiculares y la suspensión de actividades al aire libre han paralizado a una ciudad acostumbrada al dinamismo, generando un impacto tanto social como económico.
Medidas implementadas: ¿Son suficientes?
En un intento por mitigar la crisis, el gobierno local ha adoptado medidas como la prohibición de actividades de construcción no esenciales, el cierre temporal de escuelas y restricciones en el uso de vehículos. Sin embargo, estas acciones son percibidas como paliativas y no abordan las causas estructurales del problema.

Expertos señalan que se necesitan políticas integrales que incluyan la transición a energías limpias, una regulación estricta sobre la quema de residuos agrícolas y un transporte público eficiente y accesible.
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