Un ataque terrorista tuvo lugar en la estación central de autobuses de Beersheba, al sur de Israel, donde un agresor asesinó a una joven policía e hirió a nueve personas. El ataque ocurrió este domingo 6 de octubre por la tarde, causando caos y alarma en la zona. Las autoridades abatieron al atacante en el lugar y continúan investigando los detalles del suceso.
El terrorista abrió fuego en la estación central de autobuses de Beersheba, dejando como saldo trágico una joven policía muerta y nueve personas heridas. El agresor, identificado como Ahmad Said Suliman al-Ukabi, un ciudadano israelí de origen beduino, fue abatido por la policía en el lugar de los hechos.
El ataque, ocurrido cerca de las 14:27 hora local, se desplegó en tres áreas clave de la estación: un McDonald’s, una cafetería, y en las afueras del recinto. Testigos describen una escena caótica, con personas huyendo despavoridas ante los disparos. Las autoridades locales, encabezadas por el portavoz Aryeh Doron, han intensificado las medidas de seguridad en la zona y solicitado la evacuación de los civiles, advirtiendo que la investigación aún está en una fase preliminar.
La trágica pérdida de Shira Chaya Suslik
La única víctima mortal confirmada es la cabo de la Policía Fronteriza, Shira Chaya Suslik, de 19 años, oriunda de Beersheba, quien sucumbió a las heridas en el Centro Médico Soroka. Suslik, quien dedicaba su vida al servicio de la seguridad nacional, ha dejado atrás a su familia, conmocionada por la pérdida irreparable.
Otros heridos fueron trasladados al mismo hospital, algunos en estado crítico, mientras los servicios de emergencias como Magen David Adom (MDA) y United Hatzalah atendían la escena bajo extrema tensión.
Reacciones políticas y tensiones étnicas
El atentado ha reavivado las tensiones internas en Israel, particularmente en lo que respecta a la relación entre el Estado y sus ciudadanos de origen beduino. Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, fue contundente en sus declaraciones al exigir la deportación de la familia del atacante, a pesar de su ciudadanía israelí. Ben-Gvir afirmó que aquellos «infieles al Estado deben ser tratados con firmeza», lo que ha generado controversia y críticas de diversos sectores.
Por otro lado, Mansour Abbas, líder de la Lista Árabe Unida (Raam), condenó enérgicamente el ataque, destacando que este tipo de acciones no representan los valores de los ciudadanos árabes de Israel. Abbas reafirmó el compromiso de su comunidad con la paz y la legalidad, desmarcándose de cualquier acto de violencia.
Un conflicto que no cesa
Este nuevo episodio de violencia se suma a una escalada de tensiones en la región, donde ataques esporádicos y represalias se han vuelto parte del escenario cotidiano. A pesar de los esfuerzos internacionales por mitigar el conflicto, los atentados terroristas como el de Beersheba solo profundizan las heridas entre las diferentes comunidades que coexisten en Israel.
Con un enfoque de seguridad nacional, la policía continúa investigando el trasfondo del ataque, mientras se mantiene una alta vigilancia en Beersheba y otras ciudades del sur de Israel. Las repercusiones políticas y sociales de este atentado prometen ser profundas, reavivando el debate sobre la coexistencia étnica y la respuesta del Estado frente al terrorismo interno.
Este incidente ha atraído la atención de los países aliados de Israel, quienes se mantienen alerta ante situaciones similares debido al conflicto que comenzó el 7 de octubre con el estallido de la guerra entre Hamas e Israel, un enfrentamiento que ha dejado graves consecuencias humanitarias y mantiene la región bajo constante tensión.
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