RSF asesina a casi 300 civiles en Sudán: niños y mujeres embarazadas entre las víctimas

Masacres en Kordofán del Norte: la RSF ejecuta a población civil en Sudán en plena guerra olvidada
Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) ejecutaron masacres en aldeas de Kordofán del Norte, asesinando a casi 300 civiles, incluidos niños y mujeres embarazadas. Las comunidades no tenían presencia militar. Organismos internacionales ya investigan posibles crímenes de guerra, mientras Sudán enfrenta una catástrofe humanitaria sin precedentes

Un grupo de abogados de derechos humanos denunció que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) asesinaron a casi 300 civiles, incluidos niñas, niños y mujeres embarazadas, este fin de semana entre el sábado 12 y el domingo 13 de julio en varias aldeas cercanas a la ciudad de Bara, en el estado de Kordofán del Norte, región occidental de Sudán. Según el informe, los ataques fueron perpetrados en zonas sin presencia militar, lo que refuerza la acusación de crímenes de guerra cometidos contra la población civil en el marco de la guerra civil que desangra al país desde abril de 2023.

Casi 300 civiles asesinados en ataques sistemáticos contra aldeas

Sudán vuelve a estar en el centro del horror internacional tras las recientes denuncias de un grupo de abogados de derechos humanos, quienes acusan a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) de perpetrar masacres masivas contra la población civil en el estado de Kordofán del Norte. De acuerdo con su informe, al menos 296 personas fueron asesinadas durante ataques lanzados el fin de semana pasado en los alrededores de la ciudad de Bara, bastión controlado por la RSF.

Entre las víctimas figuran mujeres embarazadas, niños y ancianos. En la aldea de Shag Alnom, más de 200 personas habrían sido quemadas vivas dentro de sus viviendas o ejecutadas sin posibilidad de escapar. Otras localidades como Hilat Hamid también fueron blanco de estos ataques, con al menos 46 muertes adicionales reportadas por el mismo grupo.

Mapa de Sudán

Los abogados sostienen que no existía ningún objetivo militar en las zonas afectadas, lo cual refuerza la gravedad de los hechos: se trataría de crímenes de guerra cometidos de forma deliberada contra civiles indefensos, en flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario.

Una guerra civil sin freno: el conflicto que desangra a Sudán desde 2023

Desde abril de 2023, Sudán se encuentra atrapado en una sangrienta guerra civil entre el ejército regular y las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar que emergió con fuerza en la última década. A medida que el ejército ha consolidado su control sobre las zonas centrales y orientales del país, la RSF ha extendido su dominio por las regiones occidentales, incluidas Darfur y Kordofán del Norte.

Esta lucha por el poder no solo ha dejado un número alarmante de víctimas mortales, estimadas en más de 40,000, sino que también ha provocado el desplazamiento forzado de más de 13 millones de personas. La violencia ha desbordado cualquier capacidad de respuesta local, y las organizaciones internacionales alertan que Sudán enfrenta hoy la peor crisis humanitaria del mundo.

La situación se agrava con cada semana. Brotes de cólera, hambruna generalizada y ataques a infraestructuras civiles como hospitales, escuelas y pozos de agua se han vuelto comunes en las zonas más afectadas. A pesar de ello, la cobertura mediática internacional sigue siendo limitada y la presión diplomática, prácticamente inexistente.

Impunidad garantizada: la RSF bajo la lupa de la CPI

La magnitud de los crímenes cometidos por la RSF ha sido denunciada por múltiples actores. Organizaciones internacionales de derechos humanos, Estados Unidos y agencias de la ONU han acusado al grupo paramilitar de llevar a cabo asesinatos masivos, saqueos, limpieza étnica, violencia sexual sistemática y desapariciones forzadas.

Ante esta situación, la Corte Penal Internacional (CPI) anunció recientemente la apertura de una nueva investigación centrada en Darfur Occidental. Nazhat Shameem Khan, fiscal principal del tribunal, declaró que existen “motivos razonables” para creer que se están cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad. Su oficina ha comenzado a recopilar testimonios de víctimas refugiadas en Chad, mientras los ataques siguen ocurriendo impunemente dentro de Sudán.

Soldados de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en la provincia de Nilo Oriental, Sudán, el 22 de junio de 2019 [Archivo: Hussein Malla/ AP]

La CPI ha identificado patrones de violencia que incluyen el uso de la violación como arma de guerra, secuestros con fines de extorsión y el bloqueo sistemático del acceso a servicios básicos como el agua potable. “El sufrimiento ha alcanzado niveles intolerables”, denunció Khan, haciendo un llamado urgente a la comunidad internacional.

Desplazamiento forzado y catástrofe humanitaria: el pueblo sudanés atrapado entre dos fuegos

La intensificación del conflicto ha llevado a más de 3,000 personas a huir de las aldeas destruidas como Shag Alnom y al-Kordi, según reportó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La mayoría de estos desplazados ha encontrado refugio temporal en zonas aledañas a la ciudad de Bara, donde las condiciones siguen siendo precarias.

Esta crisis humanitaria ha sido descrita por organismos internacionales como una catástrofe sin precedentes. Más del 50% de la población sudanesa enfrenta inseguridad alimentaria severa. Los convoyes de ayuda humanitaria son atacados con frecuencia, y las pocas instalaciones médicas operativas están desbordadas o bajo amenaza constante.

En un contexto donde la violencia se normaliza y la justicia no llega, miles de niños sudaneses crecen entre el hambre, el miedo y el trauma. La comunidad internacional no puede seguir mirando hacia otro lado mientras se comete un genocidio silencioso ante sus ojos.

¿Dónde está el mundo? La urgencia de actuar frente a los crímenes de guerra en Sudán

A pesar de las múltiples evidencias y las denuncias formales presentadas por abogados, organizaciones civiles y organismos internacionales, la respuesta de la comunidad internacional ha sido débil y fragmentada. Las condenas verbales no han sido acompañadas por acciones concretas que detengan la violencia o exijan rendición de cuentas.

Las masacres recientes en Kordofán del Norte no son hechos aislados, sino parte de una estrategia sistemática de terror impulsada por la RSF para consolidar su poder en el oeste del país. La impunidad con la que actúan sus líderes solo puede explicarse por la falta de presión política y mediática que permita poner fin a los crímenes.

El pueblo sudanés necesita más que discursos. Requiere acciones urgentes, protección internacional, justicia y reparación. Permitir que estos crímenes queden sin castigo no solo condena a Sudán, sino que sienta un peligroso precedente para el resto del mundo.

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