UEFA exhibió este 13 de agosto en Udine, Italia, una pancarta con las frases ‘Dejen de matar niños’ y ‘Dejen de matar civiles’ durante la final de la Supercopa entre Paris Saint-Germain y Tottenham Hotspur. El mensaje fue portado por nueve niños refugiados procedentes de Afganistán, Irak, Nigeria, Palestina y Ucrania como parte de una iniciativa de la Fundación UEFA para la Infancia. Sin embargo, la omisión de toda referencia a Gaza o Palestina desató grandes críticas en redes sociales y entre defensores de derechos humanos, quienes acusaron a la organización de mantener una postura ambigua frente a la crisis humanitaria y genocidio en la Franja.
Un mensaje humanitario sin contexto
Durante la ceremonia inaugural, la UEFA presentó la pancarta en medio del campo, acompañada de un comunicado en redes sociales afirmando: “Desde la Supercopa de la UEFA en Udine, el mensaje es alto y claro”. No obstante, para muchos observadores, la claridad brilló por su ausencia.
From the UEFA Super Cup in Udine, the message is loud and clear.
— UEFA (@UEFA) August 13, 2025
A banner. A call. pic.twitter.com/HNjPja4OBk
Las críticas no tardaron en llegar. El hecho de que la organización no mencionara explícitamente a Gaza o Palestina generó suspicacias sobre su verdadera intención. La controversia creció al recordarse que apenas semanas antes la confederación europea sancionó al PSG con 10.000 € por mostrar una pancarta en la final de la Liga de Campeones con el mensaje “Detengan el genocidio en Gaza”, considerándolo “ofensivo” y “desprestigiante”.
“Es un doble estándar evidente: la UEFA se apropia de un mensaje genérico contra la violencia infantil, pero penaliza cuando se denuncia de manera directa a los responsables”, señaló un activista europeo en redes sociales.
Posteriormente, dos niñas y niños refugiados palestinos aparecieron. La confederación europea compartió que se trataba de Tala, de 12 años, con problemas de salud derivados de la hambruna, y Mohamed, de 9, huérfano y herido en un bombardeo israelí. Ambos participaron, junto al presidente de la confederación Aleksander Čeferin, en la entrega de medallas.
Two Palestinian refugee children are taking part in the medal ceremony alongside UEFA President Aleksander Čeferin at the 2025 UEFA Super Cup following an invitation from the @UEFA_Foundation for Children. pic.twitter.com/YWE4vOppTL
— UEFA (@UEFA) August 13, 2025
Ambos son parte de un grupo de menores refugiados en Italia beneficiarios de programas sociales. Portaron la pancarta junto a otros niños de zonas de conflicto, como Ucrania y Afganistán. El contraste entre la emotividad del acto y la falta de un posicionamiento explícito sobre la Franja dejó en evidencia la tensión entre la narrativa oficial de la UEFA y la exigencia ciudadana de claridad ética.
El caso Suleiman al-Obeid: el detonante moral
La presión sobre la UEFA aumentó tras la muerte de Suleiman al-Obeid, futbolista palestino de 41 años, esposo y padre de cinco hijos, asesinado por fuerzas israelíes mientras esperaba ayuda humanitaria en el sur de Gaza, según la Asociación Palestina de Fútbol. La organización rindió homenaje al jugador en redes, llamándolo “el Pelé palestino”, pero sin mencionar las circunstancias de su muerte.
Can you tell us how he died, where, and why? https://t.co/W7HCyVVtBE
— Mohamed Salah (@MoSalah) August 9, 2025
El delantero egipcio Mohamed Salah, estrella del Liverpool, cuestionó públicamente a la confederación europea: “¿Puede decirnos cómo murió, dónde y por qué?”. La pregunta, replicada por miles de usuarios, expuso la omisión deliberada de datos clave.
Frente a la indignación, la Fundación UEFA para la Infancia anunció una nueva iniciativa de ayuda humanitaria en Gaza en colaboración con Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras y Handicap International. El proyecto incluye atención médica, apoyo psicosocial y educación sobre riesgos de explosivos. Aun así, muchos lo interpretaron como un intento tardío de reparar su imagen.
Defensores de derechos humanos acusan a la confederación europea de aplicar una doble moral: castiga con multas a quienes denuncian de forma directa a los agresores, pero no duda en apropiarse de lemas universales, vaciándolos de contexto y de fuerza humanitaria. La omisión calculada de Gaza no es un descuido, sino una estrategia que protege intereses y evita incomodar a ciertos aliados, reabriendo el debate sobre la neutralidad selectiva en el deporte.
📌 Callar el nombre de las víctimas y de quienes las atacan no es neutralidad: es complicidad.
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